La política del mandatario estadunidense es una "extorsión política que podría destruir su capacidad para alcanzar logros en la región", señalaron las autodenominadas fuerzas palestinas e islámicas.
Llamaron a los palestinos en Israel y alrededor del mundo para reunirse en lugares importantes de las ciudades donde vivan, frente a las embajadas y consulados israelíes, a fin de mostrar su enojo.
Una gran protesta debe lanzarse para rechazar los intentos de la administración estadunidense de transferir la embajada de Washington de Tel Aviv a Jerusalén, precisaron en un comunicado.
Demandaron también que los líderes de los países islámicos sostengan una reunión de emergencia para subrayar su rechazo al cambio de sede de la embajada estadunidense.
Las protestas por la determinación que será formalizada a las 13:00 horas (18:00 GMT) de este miércoles en Washington iniciaron la noche de este martes frente a la iglesia de la Natividad en Jerusalén.
Se trató de un grupo de cristianos palestinos que portaban cartulinas con la fotografía del mandatario, las cuales quemaron en medio de gritos de desacuerdo con su inminente anuncio.
Cuando esta tarde se haga el anuncio, se cumplirá una promesa de campaña de Trump, quien ya en la Casa Blanca, romperá la línea política seguida por todos sus antecesores desde 1995.
Ese año el Congreso estadunidense aprobó una ley para trasladar la embajada estadunidense a Jerusalén, pero los expresidentes William Clinton, George W. Bush y Barack Obama cada seis meses firmaban una directiva que la postergaba.
El anuncio se dará a casi un año de que la administración del entones presidente Barack Obama se abstuvo el 23 de diciembre de 2016, de votar en contra de la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que urgía a Israel a poner fin a sus asentamientos en los territorios palestinos.
La Resolución fue adoptada por 14 votos a favor y una abstención, la de Washington.
En 1947, la Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones fijó a Jerusalén, considerada santa para cristianos, judíos y musulmanes, como una ciudad internacional con libre acceso para los fieles de las tres confesiones.
En 1948 la guerra entre los estados árabes de la época e Israel dividió de facto a la ciudad de alrededor de 125 kilómetros cuadrados en dos secciones: la este en poder palestino y la occidente bajo Israel.
Tras la Guerra de los Seis Días en 1967, la ahora urbe con poco menos de 900 mil habitantes fue controlada por completo por Israel, situación que persiste a la fecha.
El estatus de Jerusalén, junto con los refugiados que vivían en Palestina cuando se fundó Israel y que debieron abandonar la región, es el principal escollo para un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes, pues ambos pretenden que la llamada Ciudad Santa sea su capital.