Auke Lootsma indicó durante una videoconferencia desde Sana'a, la capital del país, que la nación árabe se encuentra al borde de la hambruna y que casi dos millones de niños sufren desnutrición aguda actualmente.
A esa situación se le han de añadir los casi 400,000 casos de cólera registrados en los últimos meses, cerca de 1,900 muertos relacionados con la enfermedad y el conflicto en curso que se inició en marzo de 2015.
Lootsma recordó que además el país se enfrenta a una crisis económica desde septiembre del año pasado cuando más de un millón de empleados públicos dejaron de recibir sus salarios.
"El gran brote de cólera se debe al colapso producido por la falta de pagos y los daños sufridos en las infraestructuras en los sectores de la salud, el agua y el saneamiento. Casi la mitad de los hospitales están cerrados por desperfectos. Los doctores y las enfermeras no van a trabajar ya que no les pagan y buscan ingresos en otros lugares", señaló Lootsma.
Entre los futuros retos a los que se enfrenta el país, Lootsma destacó que la población crecerá el doble para el año 2050, el cambio climático afectará a la agricultura y el cierre de escuelas impactará negativamente en la educación de los niños.
Lootsma recodó que el Plan de Respuesta Humanitario de este año para Yemen solo recibió un 45 % de los fondos solicitados y llamó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para apoyar a los yemeníes.