El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, levantó el mes pasado la prohibición que impedía nuevas perforaciones para encontrar gas y petróleo al aducir que era crucial para la seguridad energética del país.
"No se ha autorizado ninguna perforación adicional y no se autorizará ninguna hasta que descubramos qué pasó aquí (en el Golfo de México) y si hubo algo excepcional que se pudo prevenir", afirmó el asesor presidencial David Axelrod en declaraciones a la cadena de televisión ABC.
Hizo hincapié en que no habrá perforaciones adicionales hasta que "exista una revisión adecuada de lo que sucedió y lo que se propone en otras partes".
"Este anuncio es parte de una estrategia más amplia que nos transformará de una economía impulsada por los combustibles sólidos y el petróleo extranjero a otra que depende de combustibles nacionales y energías limpias", dijo el mandatario al anunciar la medida a finales de marzo.
El vertido en el Golfo de México comenzó el pasado día 20 tras una explosión e incendio de una plataforma de la empresa British Petroleum, que tras hundirse comenzó a derramar miles de barriles de crudo.
La plataforma Deepwater Horizon, que se encontraba a unos 75 kilómetros de la costa, se incendió y se hundió dos días después.
La catástrofe ecológica ha irrumpido de lleno además en el debate energético estadounidense en Washington.
El Senado estadounidense tiene pendiente la aprobación de una amplia legislación energética que incluye también medidas para frenar el cambio climático.
El proyecto de ley energética y de cambio climático del Senado redactado conjuntamente por el senador demócrata John Kerry, el republicano Lindsey Graham y el independiente Joe Lieberman aboga también por la exploración petrolífera mar adentro, en un intento de atraer el apoyo republicano.