Canadienses patinan, decoran sus casas y van de compras en invierno

Con temperaturas cercanas a cero grados centígrados, los canadienses acostumbran patinar sobre hielo, decorar sus casas o irse de compras para olvidar el frío invernal que los acompañará en los próximos cinco o seis meses.

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Patinar sobre hielo es para los canadienses como “ir al parque desde niños”. Por toda la ciudad se colocan infinidad de plataformas de hielo en parques, plazas públicas y centros comunitarios, tanto techadas como al aire libre, las cuales lucen un lleno total durante las tardes y los fines de semana.

Desde pequeños, los canadienses aprenden a patinar sobre hielo, pues será un deporte o pasatiempo que practicarán por varios meses debido al largo invierno canadiense.

En este país de inmigrantes es normal que algunos niños o jóvenes no sepan patinar, por lo que el gobierno de la ciudad coloca equipo especial para auxiliarlos a aprender a patinar. También existe el servicio de renta de patines a dos o cinco dólares en promedio.

Es obligatorio que los niños usen casco cuando patinan, por lo que muchas pistas de patinaje prestan gratuitamente este equipo para la protección de los pequeños.

El deporte es muy popular en las grandes ciudades de Canadá, de costa a costa, como Toronto, Montreal y Vancouver. Incluso nevando y hasta altas horas de la noche, estas pistas siguen deslizando aficionados y casi profesionales.

Otro de los atractivos de la cultura canadiense es decorar con mucho detalle sus casas con adornos navideños desde principios de diciembre.

Muñecos de nieve, venados, alces, floreadas coronas, árboles de Navidad y, por supuesto, Santa Claus, son algunos de los decorados que alumbran las entradas de las casas en el inicio de invierno, donde se oscurece a las 17:00 horas locales.

Quienes tienen posibilidades económicas parecen no escatimar en los adornos de temporada, con grandes muñecos inflables, globos movibles y un sinfín de luces multicolores.

Toronto no es la “ciudad luz”, pero durante diciembre se alumbra por las luces de colores que se colocan en los barrios, plazas públicas y grandes avenidas.

Este 2015 fue catalogado por la Organización Meteorológica Mundial como el año más caliente. En Canadá, generalmente para estas fechas las ciudades del sur ya están cubiertas de nieve, pero debido al calentamiento global, las temperaturas, al menos en Toronto y sus alrededores oscilan entre 5 y 10 grados centígrados, cuando otros años ya están debajo de cero grados.

Aunque el frío no es extremo, los canadienses continúan realizando actividades para no deprimirse por la falta de luz natural.

Ir de compras resulta para muchos una buena opción. Los grandes centros comerciales se llenan de apetitosas ofertas y están arreglados con aparatosos adornos que hacen atractiva la larga estancia rodeados de tiendas, ropa, helados y cafeterías.

El centro comercial Eaton, ubicado en pleno centro de Toronto, cuenta con cinco pisos y abarca varias cuadras desde su entrada norte en Dundas Street hasta su entrada sur en Queen Street.

Fue inaugurado en 1977, alberga alrededor de 330 tiendas y es un atractivo para un millón de visitantes por semana, según la alcaldía de Toronto.

Además de las tiendas de moderna ropa de temporada, aquí se encuentran cremas, velas aromáticas, zapaterías, tiendas de accesorios, chocolates, pasteles, cafeterías, restaurantes y hasta “una combi que vende tacos”.

Es difícil deprimirse aquí con tantas ofertas y seductivos anuncios para que nadie se vaya con las manos vacías.

Mientras en la tarde ya se hizo de noche, dentro de los centros comerciales los consumidores recorren los pasillos en busca del regalo ideal o se encuentran con amigos para tomar un café.

En todo Toronto existen varios centros comerciales que se ajustan a diversos bolsillos y gustos, tanto las lujosas tiendas de los pasajes subterráneos del distrito financiero, como los pequeños “malls” de los suburbios de clase media.

Ya sea comprando o patinando, los canadienses e inmigrantes de todo el mundo se abrigan bien y salen a las calles a mantenerse ocupados, motivados también por festivales de invierno de las municipalidades, como una opción para evitar encerrarse en sus casas, pues la nieve se derretirá hasta principios de mayo de 2016, o quizá antes si la Tierra sigue calentándose.