Las fuentes, que previamente habían cifrado en 9 las víctimas, no descartaron que el número de muertos aumente debido a que continúan los violentos choques en ambas ciudades, escenarios de multitudinarias protestas contra el presidente yemení, Alí Abdalá Saleh.
Entre la veintena de fallecidos de Saná, hay un bebé de siete meses y cinco soldados partidarios de la oposición, según los últimos datos del hospital de campaña situado en la plaza del Taguir (Cambio) de Saná.
Además, en el cuartel principal de estas tropas opositoras y seguidoras del general desertor Ali Mohsen al Ahmar, se escucharon explosiones, según pudo constatar.
Todas las víctimas de hoy, incluidos los cuatro muertos de Taiz, fallecieron a causa de disparos, muchos de ellos en la cabeza.
La oposición yemení acusa al régimen de Saleh de utilizar francotiradores para disparar a los manifestantes desde los techos de los edificios.
Los choques en Saná se desataron al intentar la Guardia Republicana y las fuerzas de seguridad desalojar a grupos de manifestantes que se encontraban en las cercanías de la plaza del Taguir y que intentaron dirigirse al palacio presidencial.
En Taiz, los incidentes comenzaron por motivos similares, ya que, según testigos, los participante en las protestas contra Saleh trataron de alcanzar la zona del palacio presidencial de esa ciudad.
Este recrudecimiento de los enfrentamientos coincide con la llegada hoy a Saná del enviado especial de la ONU para el Yemen, Yamal Benomar, y del secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Abdelatif al Ziani, artífice de una iniciativa para lograr un traspaso pacífico del poder en el país árabe.
Benomar y Al Ziani visitan el Yemen, según la agencia oficial de noticias yemení Saba, para seguir el desarrollo de la situación en el país, donde ayer la represión policial causó otros 27 muertos.
Desde finales de enero, el Yemen vive una revuelta popular que pide la salida de Saleh, quien se encuentra en Arabia Saudí recuperándose de las heridas que sufrió en un atentado en junio pasado.
Saleh delegó el pasado 12 de septiembre la autoridad en el vicepresidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, para negociar un traspaso pacífico del poder, un gesto que sigue sin satisfacer las demandas de los opositores.