Catorce de las muertes tuvieron lugar durante una multitudinaria manifestación en las calles de Saná, según constató Efe, donde la policía abrió fuego y empleó camiones de agua para dispersar a los participantes.
Algunos manifestantes, por su parte, lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas del orden, al tiempo que quemaron una estación eléctrica.
Estos choques también han dejado decenas de heridos, algunos de ellos de gravedad, que han sido evacuados a un hospital de campaña en la plaza de Tagyir.
Previamente, los servicios de seguridad informaron de la muerte de cuatro personas en choques entre opositores y miembros de la Guardia Republicana en el barrio de Al Hasaba, en el norte de Saná.
En esa zona, partidarios del dirigente tribal Sadeq al Ahmar se enfrentaron contra los miembros de la Guardia Republicana, dirigida por Ahmed Ali Abdalá Saleh, hijo del presidente yemení, Ali Abdalá Saleh.
Ambas partes se acusaron mutuamente de haber iniciado los enfrentamientos.
Según la versión del Gobierno yemení, citada por la agencia oficial Saba, seguidores de Al Ahmar atacaron primero el Ministerio del Interior, mientras que los partidarios del líder opositor acusaron a la Guardia Republicana de haber lanzado cohetes contra el citado barrio.
Esa zona ya fue escenario en mayo pasado de duros enfrentamientos que causaron decenas de muertos en ambos bandos.
Desde el pasado 27 de enero, Yemen vive una revuelta popular que pide la salida de Saleh, quien se encuentra en Arabia Saudí recuperándose de las heridas que sufrió en un atentado en junio pasado.
El pasado día 12, además, Saleh delegó la autoridad en el vicepresidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, para negociar un traspaso pacífico del poder, un gesto que sigue sin satisfacer las demandas de los opositores.