En entrevista televisiva, el jefe Ejecutivo federal señaló que el grupo que interpuso dicha querella en la CPI es el mismo que se oponía en 2006 a que tomara posesión de la Presidencia de la República.
El mandatario lamentó por ello que el gobierno federal deba destinar tiempo y recursos para abordar una acusación que es totalmente “distractora” del esfuerzo que se emprende para defender a las familias mexicanas de la acción de la delincuencia.
Aseveró que es injusto que se compare a México con naciones autoritarias, cuando se goza de libertad de expresión, libertad política, división de poderes, además de la mayor ampliación de derechos en la historia.
Al referirse a acciones contra el crimen organizado implementada en Estados Unidos, como el operativo "Rápido y furioso", el mandatario advirtió que se actuará en la medida en que haya evidencia al respecto.
Expuso que dichas acciones hablan de la preocupación de las agencias estadunidenses por encontrar evidencia judicializable contra los grupos criminales, sin embargo las acciones se han ejecutado con una “torpeza” increíble.
Ante el periodista Joaquín López Dóriga, Felipe Calderón insistió en que la Unión Americana debe modificar su legislación en materia de compra de armas, pues deben cambiar su regulación de armas, así como una revisión de la política global en materia de drogas.
Estados Unidos debe emprender acciones para reducir el consumo de estupefacientes o bien buscar cualquier mecanismo regulatorio que permita una reducción en los recursos de los grupos criminales, añadió.
El Ejecutivo federal reiteró que se dará paso a una nueva etapa en la lucha anticrimen, que incluye estrategias para prevenir las adicciones, otorgamiento de becas a jóvenes de escasos recursos, rescate de espacios públicos, así como la defensa de los derechos humanos a fin de que no se acuse falsamente al gobierno.