El ministro de Asuntos Indígenas, John Duncan, quien presidió el encuentro, dijo tras la reunión que Harper "participó durante toda la reunión y mantuvo una discusión franca con todos los participantes".
Pero a la reunión sólo asistieron una veintena de líderes indígenas, incluido el presidente de la Asamblea de Primeras Naciones, que agrupa las 630 tribus del país, Shawn Atleo, después de que un gran número de Grandes Jefes rechazara participar en el encuentro.
Entre los ausentes a la reunión estuvo la jefa tribal Theresa Spence, quien hoy cumplió 31 días en huelga de hambre en las cercanías del Parlamento canadiense y que se ha convertido en la líder espiritual del movimiento de base "Se acabo el hacer nada", que en las últimas semanas ha convocado decenas de manifestaciones.
Spence y los líderes de tribus del centro y oeste de Canadá rechazaron acudir al encuentro con Harper por la negativa del Gobierno canadiense de que a la reunión asistiese el Gobernador General del país, David Johnston.
Mientras, en las principales ciudades del país, "Se acabó hacer nada" convocó decenas de manifestaciones pacíficas. Las mayores concentraciones se produjeron en Toronto y Ottawa, donde centenares de personas se manifestaron a las puertas del Parlamento.
Los manifestantes reclamaban el respeto a los derechos y territorios tradicionales de las tribus indígenas así como mayores inversiones sociales y económicas en las comunidades aborígenes que sufren los mayores índices de desempleo, pobreza y problemas sanitarios y sociales del país.
Esos mismos problemas fueron los que Harper y Duncan discutieron con los líderes indígenas que participaron en la reunión.
"Aunque estamos satisfechos con la discusión constructiva que se produjo, todavía hay más trabajo que hacer para mejorar las condiciones de vida y las oportunidades económicas para las comunidades indígenas" dijo Duncan durante una rueda de prensa tras el encuentro.
Duncan añadió que Harper ha aceptado reunirse con Atleo "en las próximas semanas para discutir futuras medidas".
Pero el resultado de la reunión no parece que vaya a calmar al movimiento "Se acabo de hacer nada", y muchos de los líderes indígenas del país.
Antes del encuentro, la organización Jefes de Ontario, que reúne las tribus de la provincia más industrial del país, demandaron la presencia de Harper y Johnston en el hotel de Ottawa en el que estaban reunidos y amenazaron con organizar bloqueos de carreteras y vías férreas a partir del 16 de enero.
El Gran Jefe Gordon Peters dijo que los indígenas bloquearán el transporte de mercancías y advirtió de que iniciarán una campaña internacional para que grupos extranjeros sepan que sus inversiones en el país "no son seguras".
Mientras, en la zona atlántica del país, grupos indígenas bloquearon vías férreas, lo que obligó a la suspensión del servicio de pasajeros en la provincia de Nueva Escocia.
Spence inició su huelga de hambre hace un mes para solicitar una reunión de Harper y Johnston, quien ejerce como Jefe de Estado en representación de la reina de Inglaterra, para tratar la penosa situación económica y social de muchas comunidades indígenas.
Harper y Johnston se negaron durante semanas a atender las demandas de Spence, lo que desencadenó protestas por todo el país convocadas por "Se acabó el hacer nada".
La presión popular obligó al primer ministro canadiense a aceptar una "reunión de trabajo" con los líderes indígenas pero sin la presencia de Johnston, un acto simbólico que sin embargo para muchos grupos indígenas era fundamental.
Los tratados que rigen las relaciones entre las tribus y Canadá fueron firmados originalmente por la corona británica por lo que los indígenas consideran que el representante de la reina Isabel de Inglaterra, que es la monarca de Canadá, debería estar presente.
En vez de eso, Johnston decidió mantener una "cena ceremonial" con los líderes indígenas tras su reunión con Harper.