"La batalla contra la organización terrorista Al Qaeda todavía no ha comenzado y concluirá después de que sean depurados todos los distritos, aldeas y lugares que controla", subrayó el mandatario en una ceremonia de licenciatura de oficiales de la Academia Militar en Saná.
Asimismo, aseguró que la lucha contra el grupo extremista terminará también cuando "los desplazados retornen a sus hogares, el grupo extremista opte por la paz y entregue sus armas, y renuncie a su ideología que se contrapone con la tolerante religión islámica", según recogió la agencia de noticias yemení Saba.
Por otra parte, el presidente consideró que la división que afecta a las Fuerzas Armadas yemeníes debido a la crisis política que ha vivido el país desde hace más de un año "alentó a los combatientes de Al Qaeda a reagruparse y perpetrar ataques traidores y cobardes" en el centro y el sur del Yemen.
A su juicio, "los miembros de Al Qaeda son asesinos que han dañado a la religión (islámica)".
Tribus locales cooperan con el ejército en los enfrentamientos que desde hace semanas se desarrollan en la meridional provincia de Abian, donde Al Qaeda tiene bajo su dominio varias zonas e intenta tomar el control ahora de la ciudad estratégica de Lauder.
La inestabilidad en el Yemen ha aumentado desde que estalló hace más de un año la revuelta contra el régimen de Ali Abdalá Saleh, cuya salida definitiva del poder se produjo a finales de febrero pasado con la toma de posesión de su anterior vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi.