Esta nueva cifra oficial de víctimas eleva en más de 30 los fallecidos en el ataque, el más sangriento desde el inicio el año pasado de la revuelta popular que acabó con el régimen del presidente Alí Abdalá Saleh.
El atentado fue perpetrado en la plaza de Sabein, donde se encontraban el ministro yemení de Defensa, Mohamed Naser Ahmad, y el jefe del Estado Mayor, Ali al Ashual, que salieron ilesos de la explosión.
Varios miembros de las fuerzas del orden que presenciaron el ataque dijeron a que un suicida, disfrazado de policía, hizo estallar un cinturón de explosivos adosado a su cuerpo al fin de los ensayos para el desfile.
El Ministerio de Defensa precisó que todas las víctimas eran reclutas de la policía y del ejército, que preparaban el citado desfile para un acto que conmemora mañana el vigésimo segundo aniversario de la unificación del Yemen.
A ese acto está previsto que asistan el presidente del país, Abdo Rabu Mansur Hadi, y otros altos cargos, y se celebraría en la plaza de Sabein, cerca del palacio presidencial.
La policía ha cercado los accesos a la zona, donde todavía quedan restos humanos esparcidos por el suelo y hay una gran mancha negra de ceniza, según pudo constatar Efe.
Un oficial de la policía, general Hamid Besher, indicó a Efe que las primeras investigaciones apuntan a que el grupo terrorista Al Qaeda está detrás de este atentado.
En este sentido, una fuente del Ministerio del Interior, citada por la agencia estatal yemení Saba, aseguró que esta masacre "aumentará la voluntad de las Fuerzas Armadas para enfrentar a los elementos terroristas sin tregua, hasta que se elimine el terrorismo y se limpie el Yemen de sus actos diabólicos".
"Los que están detrás de esta masacre brutal no escaparán al castigo", advirtió la fuente oficial, que señaló que este ataque contradice tanto los valores del islam como del pueblo yemení.
El atentado coincide con el desarrollo de una gran ofensiva militar en el sur del país, iniciada el pasado día 12 contra los feudos de Al Qaeda en la provincia de Abian.
En la última semana, decenas de personas, entre militares y supuestos combatientes, han perdido la vida en los combates.
La actividad de Al Qaeda ha aumentado en el Yemen desde que estalló la revuelta popular contra Saleh, cuya salida definitiva del poder se produjo a finales de febrero pasado con la toma de posesión de Hadi, quien hasta entonces había sido su vicepresidente.