John Dalhuisen, director de la organización defensora de los derechos humanos para Europa y Asia Central, dijo que lo que hicieron las tres integrantes del grupo "estaba calculado para escandalizar y lo consiguieron", pero la condena a dos años es un ataque a la libertad de expresión.
AI recordó que en Rusia se han puesto en marcha numerosas medidas restringiendo la libertad de expresión y asociación, en respuesta a la ola de protestas que acompañaron las últimas elecciones parlamentarias y presidenciales.
En este sentido, opinó que este juicio "es otro ejemplo de los intentos del Kremlin de acabar y deslegitimar a los disidentes".
El pasado febrero, cinco integrantes del grupo Pussy Riot irrumpieron encapuchadas en la catedral de Cristo Redentor en Moscú, el principal templo ortodoxo del país, donde cantaron y bailaron en ropa interior.
Las jóvenes calificaron su acción de "expresión política en forma artística", pero el juez las condenó hoy a dos años de prisión por "gamberrismo motivado por odio religioso".