El BoJ optó por elevar de nuevo esta tasa, fijada hasta ahora en el 0.25 %, después de tener en cuenta la evolución de la economía nacional y de los precios en línea con sus objetivos, y tras descartar fuertes sacudidas en los mercados con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Se trata de la tercera subida de tipos por parte del BoJ desde las aplicadas en marzo y julio del año pasado, que pusieron fin a más de una década de tasas ultrabajas con las que el banco central nipón trató de sacar al país de su largo ciclo deflacionario.
El nuevo incremento, que preveían la mayoría de analistas, responde a las "subidas salariales generalizadas" y a una evolución del índice de precios de consumo (IPC) "que avanza gradualmente hacia el 2 %", la meta que se había fijado el Banco de Japón, según indicó la entidad en un comunicado.
El banco central japonés prevé que el IPC nacional se sitúe "alrededor del 2.5 %" en el año fiscal nipón 2025 (que arrancará el próximo abril y concluirá en marzo de 2026), debido "a los altos precios de las importaciones derivados de la depreciación del yen", entre otros factores.
"Los mercados financieros y de capital globales se han mantenido estables en su conjunto", destacó el BoJ, que no obstante también apuntó a las "incertidumbres" que se mantienen alrededor de la economía mundial.
El nuevo ajuste de tipos fue respaldado por 8 votos a 1 entre los miembros de la junta de política monetaria del BoJ.
La entidad reiteró su voluntad de continuar aumentando los tipos de interés y ajustando el nivel de su flexibilización monetaria si se cumplen sus previsiones económicas publicadas también al término de la reunión de este mes.
Según estas estimaciones, el producto interior bruto nipón se expandirá un 0.5 % en el año fiscal en curso, y avanzará un 1.1 % y un 1.0 % en los ejercicios 2025 y 2026.
La economía nipona "continuará probablemente expandiéndose a un ritmo superior a su potencial de crecimiento", gracias al círculo virtuoso creado por los ingresos y el consumo y en el contexto de una economía global con perspectivas también favorables, según el banco central nipón.
Además de la antes citada estimación del IPC para 2025, el BoJ prevé que la inflación se cierre en el 2.7 % en el actual ejercicio, y que se desacelere al 2 % para 2026.