En el año 2008 Julia adoptó a una niña que había nacido prematuramente 4 meses antes de lo previsto. El bebé apenas pesaba 1,5 libras (0,68 kg) y tuvo que ser resucitado. Julia y su pareja deseaban poder pasar más tiempo con su hija durante los 110 días que permaneció en el hospital, pero tenían que guardarse sus días de licencia médica y vacaciones para cuando pudieran llevársela a su casa en Ithaca. Cuando por fin pudo salir del hospital, todavía necesitó revisiones médicas casi diarias durante meses. Julia se tomó todo el tiempo de licencia médica para cuidar de su hija, pero no tenía seguro de permiso familiar pagado.
Nueva York aprueba una licencia familiar pagada
![](/gui_resources/portalpolitico/images/preload.png)