Una mañana cualquiera te despiertas y ¡oh no! tu vulva está hinchada y enrojecida, sientes mucha comezón y ardor (sobre todo al orinar) y en tu ropa hay un flujo vaginal anormal, que puede fluctuar de una secreción blanca ligeramente acuosa a un flujo blanco espeso y abundante. Lo sabes: Estos son síntomas de una infección vaginal,[i],[ii] pero ¿¡cómo pudo pasar esto si has puesto especial atención a tu higiene durante esta temporada de calor?!