El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ha encontrado un nuevo enemigo al que responsabilizar de las protestas antigubernamentales, la Iglesia Católica, a la que acusa de seguir las órdenes de Polonia y Lituania, dos bastiones católicos en una región mayoritariamente ortodoxa.
Lukashenko la toma con la Iglesia Católica bielorrusa
