El estado de Nueva York decidió renunciar por su alto costo al megaproyecto para un tren aéreo al aeropuerto de LaGuardia, que estaba valorado en 2,100 millones de dólares y por el que competían las constructoras españolas ACS y OHLA, en asociación con AECOM (EE.UU.) y Mitsubishi (Japón).