"Aquí en el caso de Durango no somos un estado donde haya tránsito de migrantes", por lo que "prácticamente las posibilidades apuntan a ajustes de cuentas (...) y gente que ha sido secuestrada", explicó el mandatario estatal en entrevista con la emisora MVS.
También comentó la posibilidad de que entre los fallecidos se encuentran víctimas de secuestro que sí pagaron por su rescate.
Herrera explicó que las fosas encontradas estos días son consecuencia de un "enfrentamiento entre grupos del crimen organizado" que ha sembrado "de indignación y coraje" el estado que gobierna.
En los próximos días anunció que habrá trabajos conjuntos de las autoridades estatales y federales para la identificación de los 188 cadáveres.
"Lo peor que sucede en estos casos es la incertidumbre de muchas familias que tienen familiares desaparecidos", apuntó el mandatario.
Dijo confiar en que, "una vez que se identifiquen y se dé una certeza a las familias que están desesperadas, vayamos al siguiente paso, que es una investigación a fondo y que se puede hacer justicia".
Para Herrera, entre las víctimas es probable que además de ciudadanos secuestrados y desaparecidos pueda haber también "policías que han sido víctimas de los grupos del crimen organizado".
En las últimas semanas el Ejército mexicano, apoyado en labores de inteligencia, ha exhumado en Durango, cadáveres de cinco fosas.
En Tamaulipas, al noreste del país, las autoridades mexicanas encontraron otros 183 cadáveres en 40 fosas clandestinas.
Estos últimos correspondieron a víctimas de secuestro, la mayoría de ellos pasajeros de autobuses interurbanos capturados por la organización criminal de Los Zetas.
El móvil de la delincuencia era probablemente reclutarlos como sicarios, pero ante el rechazo de los secuestrados los mataron, según algunos datos que han trascendido de las investigaciones.