Lo que Calderón quedó a deber a Quintana Roo

Era el Día de la Marina, 2 de junio de 2008. El presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa estaba en terreno panista: Isla Mujeres. A dos años de haber iniciado su gobierno prometía magnas obras para Quintana Roo y proyectos. “Ustedes saben que ya está muy avanzada la pista del aeropuerto de la Rivera Maya”, decía sobre una obra que nunca se llevaría a cabo.

Tres años después, el 8 de septiembre de 2011, decretó que en Quintana Roo había cobertura universal de salud a través del Seguro Popular; y puso la voz grave para anunciar una importante obra para este estado: el Hospital General de Cancún, cuyos cimientos hoy son la prueba de la inacabada construcción que no pudo ver la luz en seis años.

Lejos de ser el sexenio del empleo, con la derrota electoral sobre sus espaldas y más de 60 mil muertes producto del combate frontal contra la delincuencia organizada, Felipe Calderón se despide de la máxima encomienda de su vida con una imagen que está lejísimos del 80 por ciento de aprobación con la que se despidió Lula Da Silva del gobierno de Brasil. Desde Quintana Roo, estado turístico por excelencia, los líderes señalan que los tropiezos nos fueron pocos y costaron millones a la industria hotelera.

Desde el ámbito turístico empresarial del estado que genera el 30 por ciento de las divisas del país, no vieron con buenos ojos el que haya intentado desaparecer la Secretaría de Turismo, ni dejar para el 2014 la realización del Tianguis Turístico que emigró desde Acapulco para convertirse en itinerante. Es más, el mismo mandatario se impuso la meta de hacer de México una de las cinco primeras potencias turísticas del mundo, sin embargo, figura en lugar 11 de la tabla en la que arrancó en el octavo lugar.

Tras asistir al último informe del gobierno federal, el primero que calificó la labor del mandatario panista, fue el propio gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, quien recordó que no se alcanzaron todas las metas con las que se comprometió el gobierno federal. “No se puede negar avance en infraestructura de carreteras, puertos y aeropuertos, pero en Quintana Roo no se construyó la terminal aérea de la Riviera Maya, indispensable para desahogar el Aeropuerto Internacional de Cancún y detonar el crecimiento del sector turístico en el centro-sur del Estado”, señaló sin miramientos.

Y fue más allá: “Si bien de enero de 2007 a la fecha se crearon 2 millones 240 mil empleos, la meta estaba muy por encima, era de 800 mil puestos de trabajo anuales”, recordó. “En su momento se ofreció que este sería el sexenio del empleo”, ahondó el mandatario quintanarroense, con quien surgieron algunas rispideces sobre todo en las últimas giras del primer mandatario federal.

Para Francisco Córdoba Lira, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, CCE, fue un sexenio de claroscuros. “Es claro, es la estabilidad económica durante cinco años para sortear una crisis tan grande y transcendente, eso habla bien del manejo macroeconómico”, dijo por un lado.

Por el otro, menos amable, criticó la estrategia contra el narcotráfico, “la consideré sin una estrategia integral y sin el apoyo de 32 gobernadores”, manifestó sobre una guerra que dejó más de 60 mil muertos en el sexenio. En tanto, en el ámbito turístico, el ex director de Xel-Ha, resume que hubo cuatro años de incertidumbre, de falta de visión, de compromiso, hasta con el deseo absurdo de desaparecer la Secretaría de Turismo; y dos años de una muy buena gestión de Gloria Guevara, “eso nos permitió volver a poner el mapa político en la visión gubernamental. Lo hizo muy bien, pero en muy poco tiempo, tampoco hay grandes logros si la visión gubernamental sigue siendo cortoplacista y con tan poca visión. En turismo me parece que es un sexenio tirando a lo malo, pero con una buena gestión de Guevara”.

Cristina Alcayaga, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del Caribe, califica al presidente como un “amigo de Quintana Roo”. Para la empresaria el panista ha sido un asiduo visitante interesado en todo lo que acontece en el estado, “le gusta mucho venir, bucear, llevaba a sus hijos, es un amigo de Quintana Roo. Fue un presidente muy presente en nuestro estado y si quedan proyectos por terminar, ahora le tocará al nuevo presidente hacerlo”, defendió.

Justamente, el diputado priísta Paul Carrillo de Cáceres, criticó la presencia de Calderón por asuntos no precisamente relacionados al trabajo. “Las visitas de Calderón han sido más por un tema vacacional que laboral. No es positivo el balance como presidente”; califica.

Y recuerda la grave afectación para el turismo en el estado durante la Influenza. “Dañó a Quintana Roo y tardamos dos años en recuperarnos parcialmente, fue una alarma excesiva, y muchos trabajadores quedaron sin empleo, muchas empresas quebraron, hoteles tardaron más de un año en recuperar sus ocupaciones y trajo consecuencias que están a la vista de todos, y posterior a esto no tomaron las medidas drásticas que ellos debieron tomar en su momento”.

Emiliano Ramos, presidente estatal del PRD, también se suma a los señalamientos contra la gestión panista. “Dejó como primera herencia la migración de trabajadores del campo de Quintana Roo hacia los Estados Unidos. La migración comenzó a ser también un fenómeno en el estado”, dice.

La mayoría de los actores político-empresariales recordaron que la promesa de ser el sexenio de el empleo, fue uno de los grandes fracasos, no sólo en el empleo formal, sino en el informal. Según datos del INEGI, el 29.14% de la Población Económicamente Activa (PEA) trabajaba en la informalidad. En enero, el INEGI reportó que en el cuarto trimestre de 2011 cerca de 14 millones de personas laboraban en el sector informal.

Material ambiental

La actual diputada federal del PRD, Graciela Saldaña Fraire, coincide en que Calderón Hinojosa prometió mucho para Quintana Roo y el Sureste, pero se quedó en promesas. Sobre todo en materia ambiental, reseña la maestra en biología y ex directora de ecología, rubro en el que no se cumplieron los objetivos trazados de reforestación, y no se entregaron los recursos para contingencias producto de las sequías. “De plano abandonó a los estados del Norte y Sureste durante las sequías”, dice la representante a la Cámara de la Unión.

Si bien la COP 16 representó millones de dólares de promoción para Cancún, Saldaña Fraire dice que no se hizo nada para bajar la emisión de gases que provocan el efecto invernadero, “mucho menos fue el presidente del empleo”, se queja. “Igualmente prometió que ningún niño de primaria se iba a quedar sin clases con la cobertura universal, lo cual no se cumplió”; acusa.

Como agua entre los dedos. El programa de recuperación de playas que lideró la Federación con un monto de casi mil millones de pesos, en los hechos, es dinero que se fue como agua entre los dedos. La realidad es que las playas vuelven a desaparecer sin que en su momento la Federación haya dado a conocer el mantenimiento para retener la inversión que endeudó principalmente a los municipios de Benito Juárez, con 230 millones y Solidaridad con otros 100.

Aunque el gobierno fue un promotor de las áreas protegidas, en el proyecto conocido como Malecón Cancún desaparecieron varias hectáreas de manglar, y en el mismo acto de su puesta en marcha, fue corrido públicamente Rafael Muñoz Berzunza, recientemente nombrado como subsecretario de Secretaría de Ecología y Medio Ambiente en el gobierno del estado de Quintana Roo.

El Programa Especial de Cambio Climático contemplaba medidas para promover energías alternativas, “pretendemos llegar a dos mil 500 megawatts de energía eólica; contempla medidas de transformación industrial”. Sin embargo, a meses de su salida, por ejemplo, la misma dependencia federal tuvo que dar marcha atrás al parque eólico en Cozumel por presentar inconsistencias y posibles afectaciones a la fauna y la flora de la isla de las golondrinas; justamente allí, donde el saliente mandatario supo relajarse del estrés del puesto para bucear en las profundidades entre peces de colores y arrecifes.

Empresarios de Tulúm denunciaron que desde la PROFEPA, a cargo del ex gobernador de Yucatán, Patricio Patrón Laviada, se hostigó a hoteleros en un conflicto que no ha sido resuelto por la tenencia de las tierras. Era el 11 de diciembre de 2009 cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales restableció la clausura total temporal impuesta en julio del 2008 al Hotel Diamante K, predio asentado en un lote de la carretera costera Tulum-Ruinas-Boca Paila, en Quintana Roo.

A esto se sumó el conflicto por el número de cuartos de la Zona Hotelera de Cancún. La autoridad federal argumentaba que no era factible seguir construyendo porque se violaba la normatividad; sin embargo, el conteo que avaló la Universidad del Caribe desacreditó a la Federación cuando concluyó que existen 28 mil 225 cuartos hoteleros y condominales operando, construidos y autorizados y en proceso de iniciar obras.

Recientemente instalada en el Senado de la República, la perredista Luz María Beristaín opina que más allá de las obras, que son importantes, o las polémicas, los rezagos más graves que deja el gobierno son los sociales. Afirma que si bien hubo un aporte en varios sentidos, Quintana Roo por su dinámica de crecimiento necesita un mayor esfuerzo, tanto en salud, vivienda y generación de empleo, “necesitamos estructura básica de los trabajadores que laboran en la Zona Hotelera y que no se den esos contrastes tan dramáticos de opulencia y máxima pobreza, que ha llevado a que muchos jóvenes se suiciden en Quintana Roo ante la falta de sentido de la realidad”, dice.

“Si hubiera aplicado el presupuesto de una mejor manera para la prevención de los delitos, no hubiese sido necesario llenar las calles de militares, sino invertir en desarrollo humano, social, esa es la manera como nos hubiera gustado que gobernara”, concluye.

Más de 13 millones de personas laboran en condiciones precarias

Desde enero de 2007 se han registrado más de 2 millones 245 mil nuevos empleos en el Seguro Social, el segundo periodo de generación más alta de empleos. Enuncia en su último informe Calderón.

Sin embargo, de diciembre de 2006 a julio de 2011, se generaron 751 mil puestos de trabajo permanentes, nada si se compara con la expectativa de crear 1.3 millones fuentes de empleo anuales.

Según la OCDE el desempleo en México continuará durante 2012 en niveles superiores al 5 por ciento. Esto significa que el número de personas sin trabajo en México rondará en unos 2.5 millones.

En México laboran unos 13 millones de personas en condiciones precarias, sin seguridad social, ni salarios fijos, que si se suman a los 2.5 millones de desempleados y los 4 millones de subocupados –personas que declararon tener la necesidad y disponibilidad de laborar horas extras–; en el país hay unos 19 millones de mexicanos trabajando en condiciones negativas. Contra los 15.7 millones de personas que laboran en la formalidad.

Calderón presumió que durante su administración se crearon 2 millones de plazas formales. No obstante, los especialistas y el sector empresarial aseguran que México debe crear, por lo menos, un millón de puestos laborales al año para satisfacer la demanda de empleo.