Trump aviva la incertidumbre ante las nuevas negociaciones comerciales con China

El presidente estadounidense, Donald Trump, apostó este jueves por alimentar el suspense en el inicio de una nueva ronda de conversaciones comerciales con China, al mostrarse primero escéptico sobre la posibilidad de un acuerdo y más tarde optimista, antes de reunirse mañana, viernes, con el viceprimer ministro chino, Liu He, en la Casa Blanca.

La cita se producirá apenas una semana antes de que entre en vigor una nueva subida de aranceles a importaciones chinas y cuando Washington ha redoblado la presión a Pekín con sanciones a funcionarios y empresas chinas por su vinculación con la represión de minorías musulmanas en el oeste del país.

"Gran día de negociaciones con China. Ellos quieren un acuerdo, ¿pero lo quiero yo?", señaló Trump en Twitter.

A continuación, añadió: "Me reuniré con el viceprimer ministro (chino) mañana en la Casa Blanca".

Este jueves los jefes negociadores de ambas partes iniciaron una nueva ronda de conversaciones en Washington.

Horas más tarde de su mensaje en la red social, Trump declaraba a los periodistas en la Casa Blanca que las negociaciones con China "están yendo muy, muy bien".

"Básicamente las están acabando", indicó el mandatario, quien recordó que se retomarán mañana en la mansión presidencial.

La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, precisó en un comunicado que durante las conversaciones "ambas partes tratarán de avanzar sobre las negociaciones entre funcionarios de menor rango de las pasadas semanas. Los temas de discusión incluirán la transferencia forzada de tecnología, los derechos de protección intelectual, servicios, barreras no arancelarias y garantías".

Junto a Liu están en la mesa de negociación, por parte de EE.UU., el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

El diálogo se produce en medio de una nueva cuenta atrás ya que el 15 de octubre está prevista otra subida de los aranceles, del 25 al 30 %, a importaciones chinas por valor de 250,000 millones de dólares.

El pasado 1 de septiembre tuvo lugar el último episodio de la guerra comercial que enfrenta a Washington y Pekín con la entrada en vigor del incremento del 10 al 15 % sobre bienes chinos por valor de 112.000 millones de dólares.

Como represalia, Pekín puso en marcha gravámenes de entre el 5 y el 10 % a productos estadounidenses valorados en 75.000 millones de dólares.

Trump ha advertido ya de que si es reelegido en las elecciones presidenciales de 2020 será "mucho más duro" a la hora de negociar un acuerdo comercial y que, "mientras tanto, la cadena de suministros" del gigante asiático se "desmoronará".

"La gente quiere un acuerdo. Eliminar algo de incertidumbre es necesario para continuar en las conversaciones y mantener la economía fuerte, que es la base de su reelección", indicó el senador republicano Chuck Grassley, en declaraciones a la prensa.

Wall Street recibió con optimismo el anuncio de encuentro entre Trump y Liu, y el Dow Jones de Industriales registraba una alza del 0.53% poco antes del cierre, ante la nueva ronda de discusiones y de la que los mercados esperan soluciones a un conflicto arancelario que se alarga meses.

Pero lo cierto es que los analistas son más escépticos dada la dificultad y la magnitud de la tarea.

"Nuestro escenario de base, al cual le asignamos un 50% de probabilidad, prevé tan solo un escaso progreso en esta ronda. Un avance moderado evita una mayor escalada, pero no resuelve los conflictos en torno a la propiedad intelectual y los subsidios", señaló Mark Haefele, jefe de Inversión Global del banco UBS, en una nota a clientes.

Lo que ocurra en la capital estadounidense será mirado con atención en el resto del mundo.

Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, desatadas tras la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, tienen profundas consecuencias globales.

En sus últimas previsiones de crecimiento global, divulgadas en julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3.2% este año, una décima menos que en abril, lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa, y se prevé que vuelva a rebajarlas la próxima semana.