La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) indicó en un informe que en agosto fueron producidas 210,860 unidades de automóviles de paseo, utilitarios, camionetas, camiones y autobuses, el mayor nivel desde marzo, cuando comenzaron las medidas restrictivas impuestas por las autoridades a fin de frenar el brote de la COVID-19.
Pero pese al avance mensual positivo, la producción de vehículos en el país sigue muy por debajo de los niveles registrados en agosto de 2019, cuando fueron producidas 269.758 unidades, lo que supone un descenso del 21.8 % en la comparación anual.
Los números igualmente reflejan la dura crisis que vive el sector desde el inicio de las medidas de aislamiento social para contener la pandemia en el acumulado del año.
Entre enero y agosto, las montadoras produjeron 1,110.777 unidades en el país, frente a los 2,011.055 vehículos fabricados en igual periodo de 2019, lo que equivale a un desplome del 44.8 %.
Para el presidente de Anfavea, Luiz Carlos Moraes, el crecimiento en el paso de julio a agosto era "esperado", pues el sector está retomando "poco a poco" su producción, pero los resultados todavía son "bastante bajos".
"En el acumulado (anual) es una caída importante, de aproximadamente 900,000 unidades menos. Eso representa casi cuatro meses de producción, sobre todo en los meses de mayo y abril, que afectaron mucho el periodo", dijo en una teleconferencia.
La industria automotriz, así como la mayoría de las actividades económicas, se vieron fuertemente golpeadas por la emergencia sanitaria del nuevo coronavirus, que ya deja más de cuatro millones de infectados y unos 125,000 muertos en Brasil, el segundo país del mundo más castigado por la pandemia, detrás de Estados Unidos.
Las restricciones adoptadas por prácticamente todos los países igualmente se sintieron en las exportaciones de vehículos del país, que envío al exterior 28.126 unidades en agosto, lo que supone una caída del 3.4 % con relación a julio y del 23.4 % en la comparación con el mismo mes del año pasado.
Ya en los primeros ocho meses del año, Brasil exportó 176.746 unidades, un descenso del 41.3 % ante las 300,859 unidades embarcadas en el mismo periodo de 2019.
La crisis económica y sanitaria también produjo efectos en la plantilla de trabajo, pues hasta el 31 de agosto el sector contabilizaba 121,854 empleados formales, un 0.5 % menos que en julio y 4.9 % menos que la misma fecha de 2019.
Desde el inicio de la pandemia, cerca de 4,100 trabajadores ya han perdido sus empleos y, según el presidente de Anfavea, es "muy probable" que haya una nueva "reducción de los trabajadores en un futuro próximo".
Brasil entró en la llamada recesión técnica después de que su economía se desplomara un histórico 9.7 % en el segundo trimestre y un 1.5 % los tres primeros meses del año, una caída récord reflejo de las medidas de aislamiento social impuestas para frenar la pandemia de la COVID-19.
La irrupción del nuevo coronavirus puso fin a la tímida recuperación que el país experimentó entre 2017 y 2019, cuando creció a un ritmo de alrededor de un 1 % anual, pero que fueron insuficientes para revertir la aguda recesión vivida en 2015 y 2016, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) cayó unos siete puntos porcentuales.