Los dos anuncios siguieron, con pocas horas de diferencia, a la primera colocación de deuda a largo plazo que ha hecho Portugal desde que pidió ayuda a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) ante la imposibilidad de financiarse en los mercados.
El nuevo aumento de impuestos, que la oposición calificó de "brutal", se produjo mientras la dirección de la CGTP (Confederación General de Trabajadores de Portugal, de línea comunista) se reunía para aprobar la convocatoria de huelga, la tercera en 16 meses de Gobierno conservador.
El ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, presentó los detalles de las medidas fiscales, que se suman a las duras medidas de austeridad aplicadas en el último año por el Ejecutivo conservador luso.
Gaspar explicó que la presión media del impuesto sobre la renta en Portugal pasará del 9.8 por ciento al 13.2 por ciento el año próximo, y su aplicación se endurecerá al reducirse los tramos de cotización desde ocho a cinco.
Poco antes del anuncio del ministro, Portugal consiguió colocar 3,757 millones de euros a tres años en la primera emisión de deuda a largo plazo desde su rescate, en mayo de 2011.
La operación se hizo a través de un intercambio de obligaciones con vencimiento en 2013 que los analistas consideraron una prueba de confianza del mercado.
El Tesoro luso cambió, no obstante, sólo un cuarenta por ciento de los títulos susceptibles de ser reemplazados por la nueva emisión, según explicó el secretario de Estado de Presupuestos, Luis Morais Sarmento.
La oferta de intercambio de obligaciones afectaba a títulos con vencimiento en septiembre del año próximo y un interés del 5.45 por ciento, que podían ser canjeados con la deuda emitida hoy a tres años y un interés del 3.35 por ciento.
Morais Sarmento también confirmó que de no adoptar medidas adicionales este mismo año, el país cerraría 2012 con un déficit del 6.2 por ciento, un 1.2 por ciento por encima de la última meta acordada con la UE y el FMI.
El secretario de Estado se mostró confiado en que se logrará cubrir ese margen con medidas ya previstas como la privatización de la gestora nacional de aeropuertos ANA.
La subida de impuestos anunciada por Gaspar se refiere a 2013, año para el que el ministro empeoró además las previsiones macroeconómicas con una subida del desempleo de cuatro décimas, al 16.4 por ciento, y otra de una décima en la caída del PIB, que será del 1 por ciento ese año tras llegar al 3 por ciento en 2012.
El incremento impositivo del próximo año, del orden de un tercio de la carga fiscal actual, se suma a las fuertes subidas de impuestos ya aprobadas en 2011 y 2012 en Portugal.
Los nuevos ajustes, según el ministro, son imprescindibles para compensar la devolución, por una sentencia del Tribunal Constitucional, de una de las dos pagas extra anuales retenidas a pensionistas y funcionarios en 2012.
También suplen la retirada del más reciente recorte salarial anunciado por Passos Coelho, que enfrentó una fuerte contestación incluso de su propio partido y los empresarios al intentar subir más del 7 por ciento los pagos a la Seguridad Social de los trabajadores.
"El ajuste es más costoso de lo que habíamos pensado, solo este esfuerzo permitirá respetar los nuevos límites acordados", argumentó el ministro en relación a las metas de déficit público asignadas a Portugal por el FMI y la UE.
El déficit luso debe cerrar 2012 en el 5 por ciento del PIB y bajar en 2013 al 4.5 por ciento, después de que los dos organismos aceptaron, el mes pasado, flexibilizar las metas originales, del 4.5 por ciento y el 3 por ciento respectivamente.
Todas las fuerzas de la oposición de izquierda expresaron su rechazo al nuevo paquete de austeridad del Gobierno, que mañana se enfrenta a dos mociones de censura presentadas por el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda.
Sin embargo, podrá superarlas fácilmente, como ya ocurrió en junio, con su mayoría absoluta.