Europa está mirando hacia Alemania. Sin nosotros o contra nosotros no puede haber ninguna decisión que sea económicamente viable” y que satisfaga los requerimientos tanto a nivel del derecho europeo como del derecho nacional, dijo ante el Parlamento.
“Un buen europeo no es necesariamente el que ayuda rápido, un buen europeo es quien está atento a los tratados europeos y al derecho nacional para que la estabilidad de la zona del euro no experimente daños”, señaló en una declaración de gobierno sobre la ayuda a Grecia.
Destacó que en 2000, cuando se tomó la decisión sobre los países miembro que conformarían la Unión Monetaria, hubo dudas y escepticismo masivos de si era la decisión correcta que Grecia ingresara en ese grupo de países.
Recordó que esa decisión se tomó cuando Alemania estaba gobernada por la coalición de los partidos Socialdemócrata y Verde, y que si ahora lo abordaba era para destacar la seriedad de la situación actual y advertir que su país no debía hacerse ilusiones.
Fue entonces cuando pronunció las frases mas dramáticas de su declaración de gobierno: que se debe hacer clara la “dimensión histórica” del peligro que corre Europa si se produce una reacción en cadena procedente de la caída de Grecia.
“Europa está en la encrucijada. Europa debe decidir si quiere seguir en el camino del pasado”, aquel en que no se mencionó a los problemas por su nombre, no fueron abordados en forma consecuente y se esperó que las cosas se arreglaran de alguna manera y que todo seguiría su curso.
Merkel demandó a la oposición que colabore con el gobierno para aprobar el viernes la ley para otorgar la ayuda financiera alemana a Grecia.
Alemania otorgará a Grecia en los próximos tres años 22 mil 400 millones de euros. Merkel dijo que si un amplio sector del Parlamento vota a favor, eso sería una señal para los ciudadanos alemanes.
Dijo que el gobierno alemán hizo claro una y otra vez en las negociaciones con Europa a todos los niveles políticos que sólo se podía actuar en acuerdo con el derecho europeo para otorgar ayuda a Grecia si se cumplían cuatro condiciones.
La primera, anotó, era asumir que la llave para resolver el problema está en Grecia, por lo que se insistió en que ese país tenía que llevar a cabo un amplio esfuerzo propio.
La segunda condición fue vincular al Fondo Monetario Internacional a la solución del problema y recordó que al defender esa posición, Alemania estuvo en minoría respecto a los demás países europeos.
La tercera condición fue aportarle ayuda financiera a Grecia cuando ese país ya no pudiera refinanciarse por sí mismo en los mercados internacionales de capitales.
Agregó que por eso la cuarta condición. Que la ayuda financiera para Grecia llegado ese momento no tenía alternativa porque se tenía que asegurar la estabilidad financiera de la zona del euro.
La canciller federal alemana aseveró que la estabilidad del euro debe ser asegurada a largo plazo y que para ello deberá haber voluntad para colaborar con mayor fuerza en la política económica y financiera.
Puso énfasis una vez más que de lo que se trata es de evitar perjuicios a la zona del euro, y que el camino para lograrlo contempla apertura, claridad y no tener miramientos o indulgencia.