A las 9:15 hora local de Nueva York (13:15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en julio restaban 0.65 dólares con respecto a la sesión previa del lunes, cuando el Texas avanzó un 2.7 %.
Los precios del barril de referencia en EE.UU. bajaban a la par que los inversores mostraban pesimismo por las estadísticas sobre la pandemia del COVID-19 y la posibilidad de que reaperturas prematuras obliguen a imponer nuevas medidas de contención del virus y de confinamiento que vuelvan a hundir la demanda de crudo.
Los operadores también calibran las renovadas tensiones comerciales entre China y Estados Unidos por los conflictos en Hong Kong y la posible imposición de sanciones por la ley de seguridad ciudadana que planea imponer el Gobierno de Pekín.
Sin embargo, a pesar de cierta volatilidad en los últimos días, el WTI podría cerrar mayo como su mejor mes en la historia, tras haber experimentado una subida en los precios de alrededor del 75 %, muy por encima del mes de septiembre de 1990, que hasta ahora ostenta el récord, cuando el Texas se revalorizó cerca de un 45 %.
"No se siente como que haya sido el mejor mes de la historia, la verdad", dijo en declaraciones a CNBC la jefa de energía de la auditoría KPMG, que agregó que aunque los 30 dólares por barril es un escenario "claramente mejor" que el de finales de abril, cuando el petróleo texano cotizó en negativo por falta de espacio de almacenamiento y el colapso del mercado, todavía "no es suficiente" para que la producción y la oferta vuelva a la normalidad.
Asimismo, el mercado permanece atento a los movimientos que puedan hacer los estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (OPEP+) antes de la próxima reunión, fijada para el 13 de junio, y que será clave para dilucidar si se mantienen los niveles de ajustes en la producción que imperan hasta ahora o si es necesario ampliarlos.