A las 9:15 hora local de Nueva York (13:15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en julio restaban 0.35 dólares respecto a la sesión previa del miércoles, cuando el Texas avanzó un 1.3 %.
El barril de referencia en EE.UU. perdía valor tras conocerse los datos oficiales del gobierno federal que apuntan a una subida de 2.8 millones de barriles en los inventarios de gasolina, más del triple de lo que esperaban los analistas, lo que ha levantado dudas sobre los niveles de recuperación de la demanda, fuertemente golpeada por la pandemia del COVID-19.
También han crecido los inventarios de refinados en 9.9 millones de barriles, cuatro veces más de lo que esperaba el mercado.
Por otro lado, Arabia Saudí, el principal país productor de la OPEP, mantiene su postura de continuar con el histórico recorte de 9.7 millones de barriles durante los próximos meses, lo que equivale a cerca del 10 % de la producción mundial de crudo, si bien algunos países productores rechazan la idea, lo que ha tensionado la celebración de la próxima reunión del grupo, prevista para hoy y que ha sido aplazada.
El ministro de Energía Ruso, Alexander Novak, manifestó que el acuerdo de la OPEP+ y los recortes de otros países externos han servido para que en junio se equilibre la oferta y la demanda.
En los últimos días, las posturas entre Moscú y Riad, que en marzo protagonizaron una guerra de precios sin precedentes, se han acercado a la par que cuestionan los niveles de ajuste de otras potencias, a las que piden que compensen el incumplimiento de los últimos meses con más recortes.
Esta situación de tensión ha provocado un parón a la recuperación de los precios del petróleo que el mercado ha experimentado desde el pasado viernes.
"El acuerdo para extender los recortes que han salvado al los mercados de la autodestrucción se vio amenazado por el comportamiento errante de algunos miembros de la OPEP +", dijo en una nota la analista de la consultora Rystad Energy Paola Rodríguez-Masiu.
A juicio de la experta, Arabia Saudí y Rusia "están presionando mucho" al pedir a Irak, Nigeria y otros "rezagados" no solo que aumenten el cumplimiento, sino que también llevan a cabo recortes más profundos.
"Esto es un déjà vu de lo que ocurrió hace meses cuando la alianza OPEP+ se rompió después de que los saudíes condicionaran su compromiso a la participación rusa", apuntó Rodríguez Masiú, que cree que es poco probable que Irak y Nigeria, cuya economía está paralizada, cedan ante el reino saudí y el Kremlin.