El petróleo de Texas avanza un 12.95%, por la recuperación en la demanda y los recortes de la OPEP

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este martes con una subida del 12.95 %, hasta los 23.03 dólares el barril, motivada tanto por el efecto en los mercados del histórico recorte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como por la recuperación de la demanda gracias a las reaperturas económicas progresivas y a la relajación de las medidas de contención del virus.

A las 9:15 hora local de Nueva York (13:15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en junio sumaban 2.64 dólares con respecto a la sesión previa del lunes, cuando el Texas subió más de un 3 %.

Los precios del oro negro continuaban en la senda de la recuperación tras cuatro jornadas consecutivas cerrando en positivo gracias a la sensación de los inversores de que el mercado ha dejado atrás el punto más bajo de la demanda por la pandemia del COVID-19 y a que el exceso de oferta comienza a corregirse poco a poco gracias a las reaperturas graduales de la economía.

“El mercado sigue siendo vulnerable, pero ahora una cosa está clara, hemos dejado atrás el punto más bajo de la demanda y esto se manifiesta en los precios del petróleo, que están subiendo”, señaló en una nota el jefe de análisis de la consultora Rystad Energy, Magnus Nysveen, que también advirtió de que los problemas de almacenamiento aún no se han resuelto.

Según Nysveen los datos regionales demuestran un ligero repunte en la demanda en paralelo a la relajación de las medidas de confinamiento y paralización de la economía, especialmente en Estados Unidos, donde algunos estados como Texas o Florida ya han comenzado su desescalada.

La recuperación de la demanda también va acompañada de una reducción en la producción tanto por el recorte de la OPEP y sus socios como por la bajada en el bombeo de los principales productores estadounidenses, que desaceleraron su producción por la caída en la demanda y por la falta de espacio donde almacenar el crudo.

Desde marzo, la producción de petróleo en Estados Unidos ha caído cerca de un millón de barriles por día gracias en parte al recorte llevado a cabo por grandes empresas como Exxon, Chevron y ConocoPhillips, que se vieron obligadas a cerrar pozos y paralizar la actividad en algunas de sus plataformas.