Las ventas al exterior, que habían marcado en mayo un pico de 37,238 millones de euros gracias a dos grandes contratos, uno naval y otro ferroviario, sufrieron una bajada el mes siguiente, hasta 36,544 millones, a lo que también contribuyó el retroceso de las salidas de automóviles, precisaron las aduanas en un comunicado.
Las importaciones, por su parte, experimentaron un recorte más moderado, de 42,709 millones de euros a 42,534 millones, sobre todo por los bienes intermedios (metales y químicos), los productos farmacéuticos, la aeronáutica, el automóvil y los equipamientos mecánicos y eléctricos.
Sin embargo, Francia compró en junio más hidrocarburos, material informático y de telefonía que el mes anterior, y también contabilizó en sus importaciones un barco de extracción de petróleo que está ahora estacionado en aguas de la Guayana.
El saldo negativo comercial fue algo más reducido con el resto de la Unión Europea, en concreto de 2,982 millones de euros en lugar de los 3,445 millones de mayo.
Con los países terceros, por el contrario, ese agujero aumentó de los 3,479 millones de euros de mayo a 4,674 millones, y eso pese al recorte de los números rojos con China y Hong Kong: de los 2,159 millones en mayo a los 1,605 millones un mes después.
Francia tuvo un saldo ligeramente negativo con España en junio (36 millones de euros) tras los 107 millones también negativos del mes precedente.