Filtrados a través de diversos portales de internet, esos correos parecen haber sido reunidos por un ex empleado de Balboa Insurances, una aseguradora hipotecaria y automovilística comprada por Bank of America cuando el banco se hizo con Countrywide Financial en 2008 y que el mes pasado vendió a una firma australiana.
En esos documentos se habla de cómo modificar información sobre números de identificación de préstamos hipotecarios para, así, hacer que los datos de la aseguradora no casaran con los del banco.
Con ello Bank of America habría logrado aumentar los embargos entre sus clientes de forma injustificada, algo que han denunciado diversas organizaciones estadounidenses de defensa de los consumidores respecto a diferentes entidades financieras del país.
Los correos electrónicos, fechados en noviembre de 2010, parecen poner de manifiesto que directivos de la entidad autorizaron a sus empleados a borrar datos sobre préstamos hipotecarios, lo que, según los responsables de su filtración, demuestra el comportamiento fraudulento del banco.
Esta filtración tiene lugar después de que el propio fundador de WikiLeaks, Julian Assange, dijera ya hace meses que en 2011 filtraría documentos comprometedores de un gran banco estadounidense, que, según se publicó posteriormente, podría tratarse de Bank of America.