"Boeing acoge con satisfacción el acuerdo de Airbus y la Unión Europea de que todo el apoyo gubernamental futuro para el desarrollo o la producción de aviones comerciales debe proporcionarse en condiciones de mercado", dijo la aeronáutica estadounidense en una nota.
Biden, en el primer viaje a Europa de su presidencia, que marca el retorno al multilateralismo por parte de EE.UU., ha accedido a un acuerdo por cinco años con la UE para suspender los aranceles por la disputa entre Boeing y Airbus a cambio de un mayor apoyo frente a China.
"El acuerdo alcanzado hoy compromete a la UE a abordar el tema de los 'launch aids' (ayudas) y deja en vigor las normas necesarias para garantizar que la UE y los Estados Unidos cumplan con ese compromiso, sin requerir más acciones de la OMC (Organización Mundial de Comercio)", consideró Boeing.
El gigante aeronáutico estadounidense sostuvo, además, que "apoyará plenamente los esfuerzos del Gobierno de los Estados Unidos para garantizar que se respeten los principios de este acuerdo".
La secretaria de Comercio estadounidense, Katherine Tai, explicó este martes en una llamada con periodistas que el acuerdo con la UE contempla extender la suspensión de los aranceles mutuos por cinco años, a partir del 11 de julio.
No obstante, Tai avisó de que su país respetará la suspensión "siempre y cuando el apoyo de la UE a Airbus sea coherente con los términos del acuerdo", es decir, que no cruce ninguna "línea roja y los fabricantes de EE.UU. puedan competir de forma justa".
La disputa Airbus-Boeing es una de las más largas de la historia de la OMC: se inició en 2004, cuando comenzó el proceso de denuncias por los subsidios concedidos por ambas partes a esas dos grandes compañías.
Según un comunicado de la Casa Blanca, los principios del acuerdo pasan por suspender las tarifas como señal "de determinación mutua para embarcarse en un inicio fresco de la relación", aunque EE.UU. tiene "flexibilidad" para volver a imponerlas "si no se compite en unas condiciones igualitarias".
También se prevé la creación de un grupo de trabajo liderado por los respectivos responsables de Comercio para resolver desacuerdos y "seguir debatiendo y desarrollando" acciones, que se reunirá bajo demanda o "al menos cada seis meses".
"EE.UU. y la UE han acordado declaraciones claras sobre el apoyo aceptable a los productores de grandes aviones civiles que afirman los resultados de los disputas y la intención de las partes en asegurar que nuestros trabajadores y sectores pueden competir en condiciones de mercado igualitarias", señala el texto.
El acuerdo busca también enfrentar la "amenaza" china a través de la cooperación para "contrarrestar" las inversiones en EE.UU. y la UE por parte de "actores no sujetos a las leyes de mercado, que pueden llevar a la apropiación de tecnología", e inversiones que salen hacia China "influidas" por esas mismas fuerzas.
Asimismo, las potencias se comprometen a identificar puntos de trabajo conjunto que requieran "acciones paralelas" y a compartir información para "forjar un enfoque común en el sector" aeronáutico.