El compromiso no es ninguna solución de fondo al problema de la deuda de Estados Unidos y "el gobierno sigue al borde del default", consideró hoy la agencia en Pekín.
A causa de ello, la agencia bajó la nota de "A" (la tercera mejor) a "A-", con perspectiva negativa, lo que implica que podría haber nuevas bajadas. Con todo, debido a la poca transparencia entre los intereses políticos y económicos de Dagong, la agencia no está considerada como una competidora seria de las tres grandes calificadoras occidentales: Standard & Poor's, Moody's y Fitch.
La crítica a Estados Unidos fue generalizada en China, ya que la agencia oficial Xinhua también señala en un comentario que los bonos del Tesoro norteamericanos podrían ya no ser seguros. "Es recomendable que los inversores nacionales y extranjeros tengan un Plan B, porque sigue sin haber una solución a largo plazo para la crisis de la deuda estadounidense", señaló el medio.
La agencia añade que por motivos partidistas los legisladores tardaron hasta el último minuto en llegar a un acuerdo, pese a ser conscientes de las graves consecuencias que esto tendría para la economía mundial.
Un portavoz del Ministerio de Comercio indicó que China espera y cree que Estados Unidos solucionará sus problemas de deuda en breve plazo. "Un default no solamente afectaría la imagen de Estados Unidos, sino que reduciría la recuperación de la economía mundial", indicó.
China, que es el principal acreedor de Estados Unidos, está cada vez más preocupada por que las continuas disputas políticas en ese país afecten a sus intereses.
Tan sólo en el tercer trimestre, el Banco Popular de China (central) estimó las reservas de divisas en 3,66 billones de dólares. De ellas, un 60 por ciento están de hecho en dólares, y China tiene 1,3 billones de dólares en títulos de deuda estadounidense.
Un default causaría la devaluación del dólar, lo que reduciría los ingresos por las exportaciones chinas a Estados Unidos y las inversiones en la propia China.
En otro comentario, los medios estatales subrayan asimismo que China debería considerar movimientos "más rápidos y resolutos" para internacionalizar su divisa y "alejarse gradualmente de los peligros de un mecanismo fiscal estadounidense que es problemático".