Díaz y Smart, que actuaron al ritmo de la banda sonora de El Zorro, mejoraron la mejor marca española hasta la fecha, el duodécimo puesto logrado por Sara Hurtado y Kirill Jalyavin en PyeongChang 2018, y terminaron octavos rozando los 200 puntos (199,11).
Era el debut olímpico para la pareja española, pero ya en el programa de danza rítmica del pasado sábado reconocieron que se habían sentido “muy cómodos" patinando y que se lo habían pasado "muy bien" en la pista.
Por su parte, la pareja francesa, plata en 2018 y tetracampeona mundial, consiguió 136,15 puntos en este programa de danza libre, lo que catapultó su acumulado hasta los 226,98 enteros que les permitieron alzarse con el oro.
Los galos, que patinan juntos desde hace diez años y se compenetran a la perfección, se llevaron una sonora ovación del restringido público en el Capital Indoor Stadium de Pekín tras su artística interpretación.
TRASPIÉ RUSO
La pareja del equipo ruso formada por Viktoria Sinitsina y Nikita Katsalapov, vigentes campeones mundiales, era la otra gran favorita, pero su elegante ejecución, al son de su compatriota Rachmaninov, se vio algo empañada por un resbalón de Sinitsina en la recta final.
Pese a ello, lograron la plata con una puntuación acumulada de 220,51, levemente por encima de la conseguida por los estadounidenses Madison Hubbell y Zach Donohue, que se hicieron con el bronce con 218,02 puntos gracias a una actuación tras la cual se fundieron en un sentido abrazo en el que Hubbell quedó visiblemente emocionada.
La pareja se resarce así de su decepción en los pasados Juegos Olímpicos de PyeongChang 2018, en la que se quedaron por la mínima fuera del podio.
Esta disciplina queda dominada casi completamente por europeos y norteamericanos dado que hay que ir hasta la duodécima posición para encontrar a los primeros representantes asiáticos, los chinos Wang Shiyue y Liu Xinyu.