Muy implicado estuvo el helvético en el duelo, lo que le llevó incluso a pelearse por el árbitro por retrasar el juego, algo que hirió su orgullo de caballero del tenis, siempre atento a ese tipo de detalles.
En ese lance se vio que la relación entre ambos tenistas no es de las mejores del circuito y que Federer tenía especial intención de sumar una décima derrota al croata en los once duelos que han disputado.
De hecho, el ganador del Abierto de Estados Unidos de 2014, es una de las principales víctimas de Federer en Grand Slam, donde le ha ganado 5 de sus 6 duelos.
Federer, que disputaba el quinto partido de su temporada tras la ausencia de las pistas del año pasado por las lesiones, demostró que camino de los 40 años todavía tiene capacidad de sufrir e implicarse.
El ganador de Roland Garros 2009, que repite que no está para sumar un nuevo título, sigue destilando detalles de su calidad y elegancia en la pista, para deleite de un público francés, poco nutrido por la pandemia, pero que no pierde ocasión de aplaudir cada gesto de su ídolo, a falta de tenistas locales que alienten la esperanza.
Semifinalista hace dos años, cuando en un ventoso duelo cayó ante el español Rafa Nadal, Federer se medirá por un puesto en octavos de final contra el alemán Dominik Koepfer, 59 del ránking, verdugo del estadounidense Taylor Fritz, 6-3, 6-2, 3-6 y 6-4.
El suizo, cabeza de serie número 8, tiene por delante algunos obstáculos antes de llegar a los teóricos cuartos de final contra el suizo Novak Djokovic, que también avanzó ronda.
Antes, Federer tendría que alcanzar los octavos donde si se respeta la clasificación se mediría al italiano Matteo Berrettini.