Los propios jugadores de la selección están alentando, e incluso pagando, la partida de la afición, como el delantero Ángel di María, quien contrató un avión para que lleve a 10 de sus amigos de la infancia.
Gobiernos de las provincias de Misiones y Corrientes, fronterizas con Brasil, reportaron este viernes que se intensificó el tránsito vehicular por los pasos fronterizos.
o mismo ocurrió en Entre Ríos, en donde el desfile de autos particulares formó largas caravanas de ilusionados hinchas que realizarán todo el trayecto hasta Río de Janeiro en carretera.
La víspera, Aerolíneas Argentinas abrió 15 nuevos vuelos hacia la ciudad brasileña que será sede de la final de la Copa, pero se agotaron en menos de dos horas pese a sus altos precios, pues cada lugar valía unos dos mil 500 dólares.
Por eso, las escenas de partidas envueltas en cantos de aliento a la selección se comenzaron a replicar hoy en el Aeroparque, con la presencia de miles de personas vestidas con la camiseta de la selección, gorros y banderas.
Los aficionados que viajarán en camiones, autos y avión hasta Río se sumarán a los miles de argentinos que ya están allá y que todavía no pueden creer que fueron para ver por lo menos tres partidos y ahora ya se tienen que quedar para la final.
Un tema aparte son las entradas al Maracaná, ya que la mayoría de los fanáticos sabe que no podrá entrar al estadio, pero se conforma con acudir al Fan Fest o con ver el partido en una pantalla gigante, pero cerquita de los jugadores.
El secretario de Turismo de Río de Janeiro, Claudio Magnavita, explicó a una radio local que la ciudad se está preparando para la avalancha de argentinos que llegarán entre hoy y mañana.
Reveló que la ocupación hotelera tiene una ocupación del 100 por ciento y que se desplegarán 26 mil efectivos policíacos para evitar enfrentamientos entre los aficionados argentinos y brasileños, rivales históricos.