La "Albiceleste" logró ayer su pase a la gran final por primera vez en 24 años al derrotar a Holanda por 4-2 en penales después de un tenso, táctico y gris partido en Sao Paulo que terminó 0-0.
Los alemanes se habían clasificado el martes de una forma completamente diferente en Belo Horizonte, donde dieron una exhibición que maravilló al mundo al humillar con un brutal 7-1 al anfitrión y pentacampeón mundial, Brasil.
El equipo dirigido por Joachim Löw llega al duelo en Maracaná como claro favorito a lograr el tetracampeonato, aunque tendrá que derrotar a una Argentina absolutamente mentalizada de que se encuentra ante una oportunidad sin parangón.
"El domingo nos jugamos el partido de nuestras vidas", advirtió hoy el centrocampista albiceleste Javier Mascherano.
Liderada por Messi, la escuadra sudamericana puede ganar su tercer título mundial en el estadio más emblemático de su gran rival continental, algo que el fútbol argentino inscribiría en la primera página de sus glorias deportivas.
Messi, cuatro veces ganador del Balón de Oro, podría además elevar su figura hasta la altura de Diego Armando Maradona, el hombre que lideró a Argentina a su segundo título mundial en México 1986.
Allí, los sudamericanos se impusieron precisamente ante Alemania por 3-2. Cuatro años más tarde, sin embargo, los europeos se vengaron de Argentina ganando la final en Italia por 1-0, último de los tres títulos mundiales que ostenta la selección alemana.
El duelo del domingo será pues la tercera vez que los dos equipos se enfrenten por el título de la Copa del Mundo.
En Río, Alemania aspira además a romper el "maleficio" europeo en América, donde nunca ganó un equipo del Viejo Continente.
Ninguna selección europea pareció nunca más cerca de lograrlo que Alemania, que no sólo tiene un día de descanso más que sus rivales, sino que llega lanzada como un avión tras su sinfonía ante Brasil.
"Somos conscientes del gran partido que hemos hecho", dijo el martes el alemán Toni Kroos. "Pero ya lo dije, estamos aquí para ser campeones, y hasta ahora nadie ha sido campeón en semifinales".
Brasil y Holanda jugarán el siempre triste partido por el tercer y cuarto puesto el sábado en Brasilia.
Los "oranje" fracasaron hoy en su intento de alcanzar una cuarta final mundialista, después de las que perdieron en 1974, 1978 y 2010.
La emocionante definición por penales, en la que Sergio Romero fue el héroe deteniendo dos lanzamientos, llegó tras un partido muy parejo, con pocos disparos entre los tres palos y mucha fricción bajo una intensa lluvia en Sao Paulo.
El potente trío holandés formado por Wesley Sneijder, Robin van Persie y Arjen Robben no pudo hacer diferencia ante un conjunto albiceleste compacto y efectivo, que supo defender y mantener el cero en su portería.
Tampoco Messi pudo imprimir su huella en el partido, controlado por una marca triple.
El delantero gozará probablemente el domingo en Maracaná de muchos más espacios ante una Alemania que le gusta dominar los partidos desde la posesión del balón y concibe el juego siempre buscando la portería contraria.
El mejor equipo frente al mejor jugador: la Alemania coral frente a la Argentina de Messi. Una de las dos saldrá consagrada para siempre del Maracaná. (DPA)