Teatro-Bar El Vicio, la bandera feminista de Las Reinas Chulas

Caminando sobre el amplio pasillo de la calle Madrid 13, en el barrio de Coyoacán, poquito antes del Teatro La Capilla y la Sala Novo, una a una van llegando puntuales a la cita y con plena disposición para transportarse al pasado.

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El objetivo del viaje consiste en recordar el inicio de su aventura y de cómo, a través de tiempo, pese a las crisis económicas, la censura y de remar contracorriente, se han mantenido vigentes durante dos décadas.

El acceso de las actrices es a través de una puerta pequeña que conduce a un estrecho pasaje, donde una sobre otra se hallan las cajas de refresco que al caer la noche los meseros servirán al público, ya sea a modo de cuba o sólo con hielos.

Ya en el foro se concentran las pequeñas mesas y sillas con tapizado rojo que albergarán a más de un centenar de asistentes dispuestos a olvidar sus problemas o con el ánimo de liberar el estrés de la jornada laboral y por qué no, hasta alguna pena de amor.

Como fiel testigo mudo sobresale la chimenea, aquella que pocas veces se enciende; mientras que en las paredes destacan, por lo menos, unos 50 retratos a blanco y negro de aquellas figuras emblemáticas del teatro en México.

Así, frente a los ojos de Silvia Pinal y Mario Moreno “Cantinflas”, destaca el gran escenario que al levantar su telón revela la magia del cabaret, de la libertad de expresión, del feminismo sin mesura.

Bienvenidos al Teatro-Bar El Vicio, pronuncia Cecilia Sotres a manera de saludo. Ella se encuentra frente a uno de los cinco espejos con luces que hay en el camerino. Mientras arregla su cabellera y retoca su maquillaje, Marisol Gasé, Nora Huerta y Ana Francis Mor hacen su arribo.

Se conocen desde hace más de 20 años, pero se saludan con la misma efusividad y gusto de cuando las cuatro eran estudiantes en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM y en El Foro Teatro Contemporáneo. Ellas son Las Reinas Chulas.

Las cuatro son fundadoras de la compañía Las Reinas Chulas de teatro-cabaret, creada en 1998. “No escogimos al cabaret, éste nos escogió”, sostiene Marisol Gasé al recordar que por azares del destino conocieron al llamado “Padre del cabaret en México”, Tito Vasconcelos y comenzaron a trabajar con él.

Fue Tito quien dio origen a su nombre, pues antes de entrar a escena siempre les decía: “Reinas chulas, pónganse bien la pestaña; reinas chulas, prevenidas que ya empezamos”, y el término les gustó para convertirse oficialmente en Las Reinas Chulas, mujeres que escriben, actúan, dirigen y producen sus obras.

El camino las llevó a tratar con otras dignas representantes del género como Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, quienes hace 13 años les heredaron el Teatro-Bar El Vicio, antes conocido como El Hábito.

“Nos dedicamos a hacer farsa política, pero también interpretamos, promovemos y enseñamos el teatro cabaret”. Eso sin contar que en sus tiempos libres también hacen un poco de televisión, radio, cine y escritura de novelas.

El peculiar cuarteto se proclama feminista y dicho movimiento social es el que las ha educado escénicamente, pues todas las puestas que presentan tienen una clara postura al respecto.

Aderezado con música, sátira y humor, en su espectáculo se refieren a la equidad de género, la igualdad, la violencia en contra de las mujeres, el activismo, la diversidad sexual, los derechos sexuales, enfermedades como el VIH/sida y la interrupción legal del embarazo.

“Optamos por esta bandera porque de repente estás en tu casa, en tu vida cotidiana y dices: ‘Qué raro, ¿por qué mi papá tiene más derechos que mi mamá?, ¿por qué se hace lo que él dice y no lo que ella dice si ella paga y cuida?’.

“Suspicaces, como cualquier mujer, fuimos buscando. El feminismo es una cosa que conoces hasta que sabes lo que sientes y reflexionas que así se llama toda la injusticia que vengo sintiendo desde que nací, así se llama todo esto que he nombrado de otra manera”, apuntó Ana Francis Mor.

Una vez que entiendes las ideas del feminismo, dice, “éste te cae en el cuerpo, en las actividades cotidianas, en la cama, en cómo te relacionas con las otras personas, cómo te enamoras y cómo eres madre. No ha dejado de caernos encima y de transformarnos como personas”.

Desde el día uno en que levantaron el telón para presentar una obra, Las Reinas Chulas ondeaban la bandera el feminismo, pero no pudieron descubrirse así hasta varios años después porque cuando se proclamaban como tal, los representantes de medios de comunicación cortaban la entrevista.

“Más que censura nos veían feíto. Era como cierto repudio a la serie de estereotipos. Y nosotras como que aún confundidas en muchas cosas, también queríamos tener público porque no tendría chiste subirnos al escenario si no lo hubiera”.

El año pasado, Las Reinas Chulas celebraron su 20 aniversario, por lo que se sintieron obligadas a revisar su pasado, cuya propuesta a la fecha permanece como una combinación entre la carpa y el cabaret.

“Al hacer este viaje hacia atrás, nos dimos cuenta que somos cuatro mujeres que nos dedicamos a hacer lo que queremos, que tenemos la vida que se nos da la gana y que a nuestros cuarentas no dependemos de nadie en lo económico ni en lo emocional”, subrayó la actriz y directora Cecilia Sotres.

Aquella primera puesta que presentaron se llamó “Ellas no son Flans en concierto” y fue para referirse a la explotación que sufren las cantantes en su anhelo por darse a conocer ante el público.

“A finales de los 90 se decía que a las mujeres les pedían que se acostaran con el productor, que había maltrato y el famoso Star-System. Cuando Flans empezó, las chicas eran muy jóvenes y bueno, también montamos esto en nuestro anhelo por cantar, bailar y divertirnos mucho”, platicó.

El año pasado presentaron “A Chuchita sí la bolsearon y sí la llevaron al baile y sí le hicieron de chivo los tamales” con la que, en coproducción con la UNAM, rindieron homenaje al Movimiento Estudiantil de 1968. Fue su propuesta teatral número 68 y para este 2019 alistan la 69 que, advierten, será muy erótica, cómica y sexual.

En el proceso creativo, destacó la actriz, todas tienen voz y voto. A una se le ocurre una idea, la otra la amplía, luego viene una lluvia de más ideas y van trasladando las escenas a la computadora, ya sea en conjunto o cada quien las piensa con calma en el lugar que más prefiera.

Aunque la historia sigue un guion, a Las Reinas Chulas les distingue la improvisación, por lo que su público cautivo sabe que debe acudir a la función inicial de la temporada, a la mitad y al finalizar, pues siempre se toparán con algo diferente.

“El punto que nos hace coincidir tiene que ver con el feminismo y los derechos humanos. Somos mujeres distintas, sí somos cuatro universos, sí estamos locas, paranoicas y neuras, pero esa diversidad entre nosotras es lo que deriva en la diversidad sobre el escenario”, subrayó Nora Huerta.

Aquellos que acuden con frecuencia al Teatro-Bar El Vicio, saben lo que van a hallar y los que no, deben llegar con una mente abierta como requisito fundamental para que pasen un rato agradable. Al final, las puertas están abiertas para todo tipo de gente.

“En alguna ocasión me topé con un señor que bajaba de una camioneta tipo Hummer y le hablaba por teléfono a alguien para decirle que se siguiera derecho por todo Cuauhtémoc. Luego le comentó: ‘Está bien el lugar, hay de todo, desde nacos nacos, hasta gente bien’. Y tiene razón, lo mismo recibimos a trajeados y encopetados que a nacos”, resaltó Ana Francis Mor.

“Somos de izquierda y feministas. Nuestro humor no es estereotipo, no hacemos homofobia, discriminación ni misoginia. Nuestros shows son muy divertidos y las risas son nuestro eje vertical. Nos interesa que la gente salga con un reflexión a partir de lo que estamos criticando”, añadió Marisol Gasé.

El placer en las mujeres es uno de sus temas favoritos; sin embargo, en pleno 2019 admiten que todavía causa escozor entre cierto público, y es algo con lo que también han tenido que lidiar.

“Hay a quienes no les gusta que las mujeres tengamos orgasmos y que seamos sexualmente felices, pero a nosotras nos encanta hablar de eso y cantarlo, ser cachondas en el escenario”, destacó entre risas.

Es la revolución de las mujeres, añade Ana Francis Mor, pues cuando una mujer se libera, ya no hay manera de que se regrese porque no hay forma de que se vuelva a encadenar a las mismas cosas.

“Lo maravilloso de esto es que también nos estamos encontrando con hombres aliados que dicen: ‘Yo tampoco me lo paso bien con el machismo’. La orientación sexual ha sido crucial desde el primer espectáculo en el que nos vestíamos de hombres y es la cosa más divertida.

“Somos muy golfas y siempre lo hemos enarbolado como una bandera de libertad. Tenemos distintas acepciones de golferías, pero golfas al fin y al cabo. No estamos solas ni abandonadas ni conectadas a la heroína, tenemos un trabajo, vamos al súper, tenemos hijos y, a diferencia de la generación de nuestras madres, nos salimos con la nuestra”, afirmó la actriz.

Será en mayo próximo cuando Las Reinas Chulas estrenen su espectáculo número 69 y antes de esa fecha, cada una estará ofreciendo su "show" por separado. Asimismo, alistan para agosto la 17 edición del Festival Internacional de Cabaret.

Además, el Teatro-Bar El Vicio siempre está abierto a otras expresiones culturales y artísticas.

A lo largo de su trayectoria, Las Reinas Chulas se han presentado en ciudades como Buenos Aires, Rosario, Nueva York, Chicago, Sao Paulo, Copenhague, Madrid, Bogotá y Berlín, por lo que en abril próximo viajarán a Nepal, después a Perú y Nueva Zelanda para presentar su espectáculo “La banda de las Recodas” y “Pimpilenchas”.


 

Fuente: Notimex