La colección de Salinas, una de las más llamativas en esta cuarta y penúltima jornada de la Fashion Río, trajo a la pasarela carioca el sabor añejo y vacacional de los veranos italianos de antaño.
Los diseños leves y glamurosos de Salinas, que llevan la firma de la diseñadora brasileña Jacqueline De Biase, llevaron a la pasarela a sumergirse en las playas de Capri en los años 1950.
Sacados de esa época, los sujetadores armados, que plagan la colección de Salinas, serán "la mayor tendencia del próximo verano", según dijo a Efe De Biase.
Otra de las apuestas de la firma son los pantalones cortos de cintura alta, que evocan los bañadores que, con cierto recato, se lucían hace seis décadas en las costas del Adriático.
Salinas también vistió a sus modelos con vestidos muy cortos, con cinturones anchos y tejidos estampados, siempre con círculos en diferentes formas.
"Los círculos no están ahí por casualidad, aparecen de una forma diferente, cortados con láser, o en tejidos con perlas", afirmó, resaltando que lo que más llama la atención en la colección son los "colores vibrantes" y el sentimiento de "nostalgia que transmite".
El renombrado diseñador Alexandre Herchcovitch regresó también a los años 50, pero a los Estados Unidos y más precisamente, al estilo de los obreros y los vaqueros.
En la colección, masculina y femenina, destacaban los petos de cuero o de mezclilla, en una estética que recuerda a la de herreros y albañiles, pero también a la de los clásicos vaqueros del Oeste estadounidense.
Junto a ellos, resaltaban los vestidos confeccionados con mezclilla y las sandalias con gruesas tiras de cuero rodeando los tobillos.
En un afán por recrear ese ambiente "retro" y obrero, las mujeres desfilaron con pañuelos en la cabeza de telas lisas, a juego con los colores de sus ropas.
Los azules y marrones y las telas pesadas también dejaron un hueco al verde pistacho y blanco, con estampados en este último caso, en vestidos de telas más livianas.