En París, del 9 de octubre al 13 de enero de 2014, podrá verse un centenar de creaciones de ambos artistas, que pese a los altibajos de su relación fueron inseparables desde que se conocieron en 1922.
La directora de colecciones del museo mexicano, Josefina García, comentó a Efe que la exposición busca precisamente mostrar el trabajo que realizaron juntos y por separado", además de "volver a revalorizar" la obra de Diego Rivera (1886-1957), "que se conozca la grandeza de su pintura, sin por ello, claro, dejar de lado a Frida Kahlo", es una de las labores del museo, resaltó.
Rivera siempre fue considerado en México como el gran pintor del siglo XX, pero su fama quedó relegada frente a la de su compañera desde que en los años 70 empezó a ser tomada como emblema de movimientos artísticos y sociales, como el de los chicanos en Estados Unidos o el de la liberación femenina, agregó.
Luego, señaló García, "una serie de sucesos como que personajes tan famosos como Madonna pidiesen tener los derechos para hacer una película sobre su vida", que finalmente hizo Salma Hayek, volvieron a poner a Frida Kahlo (1907-1954) a la cabeza de artistas en el mundo "e incluso logró rebasar la fama que en su momento tuvo su propio esposo Diego Rivera".
"Una pena porque Rivera es un gran artista y las técnicas y las corrientes artísticas que conoció reflejan prácticamente toda la primera mitad del siglo XX". Sin embargo, ahora "se le conoce poco a nivel mundial" y a quien más se busca para hacer exposiciones es justamente a Frida Kahlo, indicó.
Diego Rivera fue "maestro, guía y mentor" de su compañera, quien durante años fue considerada "la segunda parte, la esposa de Diego", quizás porque en aquellos años, en México, quienes tenían mayor presencia eran los pintores muralistas, mientras que los de caballete, como Frida y muchos otros, "alcanzaron el reconocimiento con el paso de los años", recordó García.
Ella era además muy joven, "aunque -resaltó- perteneció a un grupo de mujeres emancipadas que no se quedaron en casa a cuidar niños, ni a cocinar al marido, sino todo lo contrario", buscaron tener un desarrollo y una independencia de la pareja.
Lo que se tradujo también "en una relación amorosa bastante particular", en la que ella "tenía sus 'affaires' por un lado y Diego por otro", comentó.
Una de las comisarias de la exhibición, Beatriz Avanzi, destacó, por su parte, la importancia del Museo Dolores Olmedo, al frente de una de las más ricas colecciones de obras de Diego Rivera y de Frida Kahlo, artista que pintó tan solo "unos doscientos cuadros", debido a los problemas de salud que tuvo de niña y luego a los 18 años, cuando el autobús en el que regresaba a casa sufrió un grave accidente.
Junto con algunos célebres óleos de ambos, uno de ellos prestado por un coleccionista francés, París expondrá una quincena de retratos de grandes fotógrafos cedidos por el Centro Pompidou.
La mayor parte de las obras procede del Museo Dolores Olmedo, que asimismo gestionó el préstamo de varias piezas procedentes de colecciones mexicanas y de una estadounidense, indicó García.
La escenografía, de colores muy vivos, cuenta con un recinto central azul, como la Casa Azul de Coyoacán, en el Distrito Federal, capital del país, donde nació, vivió y murió Frida Kahlo.
Avanzi adelantó que además de servir de marco a conocidos retratos y autorretratos, la muestra presenta las obras de juventud, muy poco conocidas, pintadas por Rivera durante sus años pasados en Europa, así como una serie de dibujos que reflejan su trabajo mural, en particular un boceto de tamaño original y tres reproducciones fotográficas de otros tantos frescos en sus dimensiones originales. (EFE)