El reconocido economista cuestionó la nula inversión pública y el alto nivel de endeudamiento que está contrayendo el gobierno actual. Apuntó que en los últimos 70 años no se habían registrado niveles tan bajos en inversión pública total y alertó que pese al aumento de 4 por ciento en las arcas del gobierno, resultado de la última reforma fiscal, esto no se tradujo en mayor crecimiento, reducción de desigualdad, ni reducción de pobreza.
“Todavía estamos en la estabilidad macroeconómica pero ya hay señales de que más vale que reaccionemos, en particular en las finanzas públicas. No podemos mantener esos déficits, no podemos mantener esos gastos, no puede ser. Los mercados van a reclamar y México perdería credibilidad y toda la estabilidad”, anticipó el ponente tras advertir que la opción obligada será el impulso de un presupuesto base cero.
No obstante, aclaró que ello no implica que se recorten recursos en todos lados sino que se haga una revisión a fondo, dando prioridad a la inversión en infraestructura y creación de empleos. Consideró indispensable modificar la estructura del gasto público, toda vez que ha ido creciendo anualmente sin reflejar una mejoría para la economía de los mexicanos.
“Este año el gasto se incrementó 7 por ciento, pero la mayor parte se fue a subsidios y transferencias, lo que indudablemente implica un gasto político y electoral. En contraste la inversión física creció 0.4 por ciento, nada y lleva 5 años continuos cayendo. Este 2015 la inversión pública total fue de 3.7 por ciento, cifras tan bajas no se habían registrado sino en 1945”, alertó el economista, quien consideró necesario que desde todos los sectores se comience a presionar al gobierno para que deje de despilfarrar dinero y empiece a invertir y generar un verdadero ambiente de negocios.
Ante el público asistente a la fiesta literaria de Hidalgo, Luis Fonserrada subrayó que actualmente el gasto público, no solamente el Federal sino también el estatal están desordenados y carecen de una buena estructura. Aseguró que no se está gastando en lo que se debe, que los programas de combate a la pobreza y generación de empleo no están funcionando, mientras la inversión va a la baja y el consumo a la alza, lo que está provocando altos niveles de endeudamiento.
“El gasto público viene siendo el más alto histórico cada año. Se gasta más de lo que se ingresa, por lo tanto se ha venido endeudando más cada año, sin reducir la pobreza, sin reducir la desigualdad, sin generar más empleo. Al contrario, la pobreza se incrementó, hay 2 millones más de pobres y sólo 100 mil personas dejaron de sufrir pobreza alimentaria, lo que quiere decir que el dinero se está desviando hacia otros lugares”, explicó el especialista.
En tono similar, advirtió que también la política de impuestos requiere una revisión a fondo y tras calificarla como un “desastre”, apuntó que la reforma fiscal no fue diseñada como una política para crecer y crear empleo, sino como una política para recaudar más dinero.
“Pero no se tradujo en mejoras de gasto, se tradujo en desperdicio. Esto nos ha llevado a un gran gasto, a un déficit elevado del gobierno y pone en entredicho la sonada estabilidad macroeconómica”, concluyó el docente tras reiterar que las tendencias económicas del gobierno actual están llegando a su límite y de no hacer un cambio en la estructura del gasto público la estabilidad macroeconómica dejará de serlo.