Con la promesa de ser un espectáculo similar en calidad a los que se presentan en Las Vegas, Nueva York y Londres, se presentará con las actuaciones estelares de Ivonne Montero, Omar Fierro y Alejandro Tommasi.
Basada en el éxito mundial de Miguel Barnet “Canción de Rachel”, la historia se concentra en el caso de “Isabel”, una mujer que desde niña es acompañada por el sufrimiento hasta convertirse en una mujer que lo mismo ama y odia.
De acuerdo con Rodrigo Vidal, “Capricho” abarca diversas épocas en el tiempo y la protagonista se va transformando hasta su muerte.
“Es una producción nunca antes vista en México que promete impactar. Además, es uno de los proyectos más ambiciosos en los que he participado porque es una escenografía espectacular, un vestuario deslumbrante y el público experimentará diversas sensaciones”, adelantó.
Todo lo anterior, dijo, aderezado con música de compositores de fama internacional y bailarines de trayectoria.
“Al espectador le caerán cosas del techo, de pronto percibirá varios aromas o sentirá mucho frío. Hay fuego y lluvia, incluso les daremos impermeables para que no se mojen. Son cuestiones muy sensoriales, como si estuvieran en algún show de Disney”, resaltó.
Aunque con estas características se podría pensar que es un espectáculo muy caro, Rodrigo Vidal asegura que no es así. “Ya verán los precios, nos adaptamos a su economía con tal de que la gente venga al teatro y lo disfrute”.
Respecto a la protagonista, indicó que aún no dará a conocer su nombre, pero se trata de una chica de provincia que es una gran estrella y sorprenderá a la gente con su talento.
Ivonne Montero hará a la villana que le hace la vida imposible y Alejandra Ávalos será su madre.
“Estamos en pláticas para ver si también le damos alimentos al público. Si todo sale como lo estamos planeando, no se van a arrepentir de haber ido y nos van a recomendar”, apuntó.
“Capricho”, con el concepto de “live experience”, también contará con las actuaciones de Luis Fernando Peña, Agustín Arana, Giuli Panvini y Luis Magaña. Es una producción de Norberto Angulo y también de Rodrigo Vidal, bajo la dirección musical de Odilón Chávez.