Esa decisión se explica principalmente por el efecto de una continuada –aunque más discreta– elevación de los precios del petróleo en los mercados internacionales, por la apreciación del real desde la última revisión de precios y por ajustes en la competitividad de Petrobras en el mercado interno de gasolina y diésel. Las revisiones anunciadas hoy también reflejan oscilaciones estacionales globales de los derivados, con los precios del diésel respondiendo a una mayor demanda en función del invierno en el hemisferio norte.
Petrobras reafirma su política de revisión de precios por lo menos una vez cada 30 días, lo que le da la flexibilidad necesaria para hacer frente a las variables con alta volatilidad.
Dado que la ley brasileña garantiza la libertad de precios en el mercado de combustibles y derivados, las revisiones llevadas a cabo por Petrobras en las refinerías pueden o no reflejarse en el precio final al consumidor. Eso dependerá de cambios en los precios realizados por otros integrantes de la cadena de combustibles, especialmente las distribuidoras y las estaciones revendedoras. Si el ajuste realizado hoy fuera totalmente traspasado y no hubiera cambios en las demás partes que conforman el precio al consumidor final, el diésel puede subir 3,8% o cerca de R$ 0,12 por litro, en promedio.