En un breve comunicado enviado al mercado de valores de Sao Paulo (Bovespa), Petrobras anunció la dimisión de la que fue la mano derecha de la presidenta Dilma Rousseff y su amiga personal, así como de varios directores de la empresa.
“Petrobras informa que su consejo de administración se reunirá el viernes para elegir una nueva dirección”, señaló la petrolera.
En el centro de la polémica desde hace meses, cuando estalló la Operación Lava-Jato (“Operación Limpieza”), considerada por el fiscal general de Brasil el mayor escándalo de corrupción de la historia del país, Graças Silva había logrado mantenerse en el cargo pese a la magnitud de las revelaciones.
Analistas y expertos consideraban insostenible que Graças se mantuviera en el puesto después de que la semana pasada Petrobras publicara su balance parcial del tercer trimestre, en el que señaló que contratos por valor de 34 mil millones de dólares podrían estar afectados por sobrefacturación, con el objetivo de desviar dinero desde la corporación.
Cientos o incluso miles de millones de dólares habrían salido ilícitamente desde la estatal Petrobras para funcionarios, políticos y formaciones como el propio Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, por medio de sobrefacturación de contratos de suministro.