El 5 de febrero de 1917, Venustiano Carranza promulgó la Constitución que actualmente nos rige, la cual entro en vigor el primero de mayo del mismo año. Fue inspirada en los ideales de justicia social de la Revolución y en los ideales de libertad individual y democracia política heredados de la Constitución liberal de 1857.
Derechos Individuales y Sociales
La Constitución reconoce las libertades ciudadanas principales, como las de expresión, asociación, propiedad y tránsito; reconoce también derechos sociales tales como el derecho de huelga y organización de los trabajadores y el derecho a la educación, así como el derecho de la Nación a modificar la propiedad individual de acuerdo con el interés público.
Democracia y Federación
La Constitución de 1917 confirma el Estado de derecho en la República, es decir, la voluntad de respetar y aplicar las leyes. Asimismo, garantiza los derechos políticos básicos de los ciudadanos, como son el derecho al voto y la igualdad ante la ley, así como el amparo contra abusos de autoridad.
Refrenda, además, el pacto federal de 1824, estableciendo una Federación integrada por estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior.
A lo largo de su historia, México ha tenido tres constituciones de carácter federal; las de 1824, 1857 y 1917, siendo esta última la que durante más tiempo ha regido nuestro país y una de las más antiguas de América Latina y del mundo.
Hoy México es, en muchos aspectos, un país diferente al de 1917 y, por ello, nuestra Constitución se ha venido reformando conforme ha evolucionado el país.