El estudio se basó en muestras de placa dental encontradas en cuevas en Spy, Bélgica, y El Sidrón, España, indicó Laura Weyrich, del Australian Centre for Ancient DNA.
Los resultados los muestran como inteligentes, comunicativos e interesados en lo que pasaba en su medio ambiente, comentó Weyrich citada por la sección científica de la Australian Broadcasting Corporation (ABC).
El análisis consistió en analizar el ADN de restos de comida y microbios en la placa dental con más de 48 mil años de antigüedad de tres ejemplares de neardental.
Las muestras provenientes de Bélgica arrojaron resultados diversos a las de España. Las primeras dan idea de una dieta carnívora proveniente de los extintos rinocerontes lanudos, carneros salvajes pero también hongos.
En contraste evidencia de carne no fue hallada en el análisis de los ejemplares de España, pero sí de nueces, musgo, pasto, hongos y corteza de árbol.
Una de las muestras españolas corresponde a un adolescente neardental, al cual se le detectó evidencia de un absceso dental y de microbios causantes de enfermedacdes gastrointestinales como diarrea y vómito.
Junto también se hallaron residuos de corteza de álamo, la cual contiene el principio activo de la aspirina así como de Penicillium, el moho que produce la penicilina.
Creemos que es probable que ese adolescente tratara de automedicarse, señaló Weyrich.
También se halló que la comunidad de bacterias de los neardentales de El Sidrón era compartida con chimpancés y primeros humanos.
La muestra de bacterias encontrada en el especímen belga de Spy se asemeja a las de cazadores humanos en Europa y África, así como humanos modernos que consumen carne.
Las diferencias en la dieta sugieren que hace 100 mil años hubo cambios en la evolución de los homínidos, agrega la investigadora, que atribuye ese cambio a la ingesta de carne.
Los investigadores también secuenciaron el ADN del Methanovrevibacter oralis, un microbio responsable de una enfermedad de las encías, proveniente del adolescente de El Sidrón.
Se encontró que al parecer ese microbio provino de humanos hace 120 mil años, cuando hubo cruzamento entre humanos y neandertales.
Las muestras microbianas indican que las interacciones fueron más íntimas de lo que se pensaba, como besos, compartir comida y cuidados maternos, señaló la especialista, cuyo estudio aparece originalmente en la revista Nature.
Las interacciones entre neandertales y humanos son motivo de investigación desde hace varios años, pero aún quedan varias preguntas por responder, por ejemplo la desaparición de los primeros, ocurrida hace unos 30 mil años.
Algunos investigadores estiman que el cambio climático llevó a a neandertales y humanos a emigrar y verse obligados a compartir un mismo espacio geográfico, donde los segundos fueron más eficientes, lo que extinguió a los otros.
También se considera posible que en su convivencia, los neandertales fueron infectados por enfermedades provenientes de los humanos, pero ante las cuales eran especialmente vulnerables, señala un estudio publicado en National Geographic.