Hacia las sociedades del conocimiento

¿Cómo construir un modelo para hacer posible el tránsito de los mexicanos hacia una sociedad del conocimiento plural, democrática y justa, reconociendo su diversidad cultural? Esa es la pregunta que tratan de responder y sobre la que reflexionan los autores de los 14 artículos que conforman el libro Hacia un modelo intercultural de sociedad del conocimiento en México.

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Editado por el Seminario de Investigación sobre Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la obra fue presentada recientemente en la ciudad de Oaxaca, como parte del Segundo Encuentro Conocimientos, Ciencia y Tecnología en un México Multicultural.

Para Luz Lazos Ramírez, colaboradora en el seminario y coordinadora del libro, se trata de un diálogo de saberes y una muestra del pluralismo y del trabajo interdisciplinario para abordar el concepto de sociedad del conocimiento desde una perspectiva amplia.

Dicho concepto se utiliza para referirse a sistemas sociales cuya fuente de riquezas es la generación, aplicación y distribución de los conocimientos, principalmente científicos y tecnológicos. Según se afirma en la obra, este concepto ha trascendido el ámbito académico y es parte fundamental en la formulación de políticas públicas.

En esta obra publicada este 2015, cada uno de los autores, desde su área de investigación, aporta elementos teóricos y metodológicos para la discusión en torno a la sociedad del conocimiento y su relación con la diversidad cultural, además de explorar los retos y la problemática que enfrenta México para el reconocimiento de su diversidad, así como la relevancia de la participación de los diferentes grupos sociales y pueblos originarios para la construcción de una sociedad plural de conocimientos, basada en los principios de la democracia, equidad y justicia social.

El Seminario de Investigación sobre Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural, dirigido por León Olivé –quien también es coordinador del libro–, se enfoca en la problemática de cuál sería un modelo adecuado de sociedad del conocimiento para un país como México, tomando en cuenta su gran diversidad cultural y su riqueza de saberes tradicionales.

En entrevista, Luz Lazos Ramírez, doctora en Filosofía de la Ciencia egresada de la UNAM, y coordinadora de difusión y divulgación del Instituto de Fisiología Celular de la misma casa de estudios, habló de la importancia de establecer este “diálogo” para abrir el camino hacia una sociedad del conocimiento en México y de los principales objetivos que definen esta obra.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo se concibió este libro?

Luz Lazos Ramírez (LLR): Es un libro que tiene por objetivo dar a conocer un conjunto de investigaciones que se están realizando sobre el tema de la interacción entre los conocimientos tradicionales y la ciencia y la tecnología, pensando como pregunta guía cómo en México estamos recibiendo esto que se llama la sociedad del conocimiento y lo que eso significa en las condiciones de diversidad cultural que tenemos, pero también considerando que la sociedad del conocimiento tiene que estar guiada bajo los principios de equidad, democracia y justicia social.

AIC: ¿Qué se entiende por sociedad del conocimiento?

LLR: Es un concepto que viene de tiempo atrás. Tiene varios años y habla de varias sociedades. Por ejemplo, nosotros tenemos sociedades industriales que tienen una economía basada en el intercambio de materias primas, como puede ser el petróleo, el oro, es decir, sus recursos naturales. Eso le da a los países ciertos recursos; hay naciones con muchos recursos y otras con menos, que tienen a las industrias extractivas y de manufactura como lo más importante.

Actualmente, y creo que para esto sirve mucho el caso del Bill Gates, no dependes ya de esos recursos, sino de tus recursos cognitivos, es decir, de los conocimientos y de las innovaciones que puedas hacer con ellos; entonces, de pronto tenemos que los hombres más ricos del mundo no son solamente quienes tienen más territorio o recursos, sino gente con pequeñas oficinas, contratando a muchísimos trabajadores muy especializados, con posdoctorados, en áreas muy definidas, quienes están generando más riqueza.

Esta es una forma de ejemplificar la sociedad del conocimiento, como esa sociedad cuya riqueza está basada en la generación e intercambio de los conocimientos. Aquí la discusión está en que muchos consideran que los únicos conocimientos que dan este tipo de riqueza son los de la ciencia y la tecnología, cuando en muchos países, especialmente de América Latina –aunque es una discusión a nivel global–, los conocimientos locales se están reutilizando, y muchas veces se están robando de las comunidades para obtener riqueza.

Entonces entran diversas discusiones, como por ejemplo, el decir si una comunidad por su forma de organización social ha mantenido recursos y conocimientos, en esquemas de transmisión de conocimientos de miles de años, cómo puede ir una persona a esa comunidad a patentar una planta o un principio activo. Entonces, cómo puedes proteger estos conocimientos de lo que se llama la biopiratería, que es extraer los conocimientos de su contexto pero además no darle reconocimiento a quien estuvo generando, cuidando y transmitiendo durante tanto tiempo.

Estas son toda una serie de preguntas que hay, pero además, para poder entrar a esto, está también el tema de cómo tendrá que presentarse la política pública hacia el conocimiento. Porque tendríamos que tener del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y también tendríamos que pensar en los conocimientos locales, tradicionales, en los nuevos conocimientos que pueden ser una mezcla de ambos, locales y tradicionales; y todo esto necesita un punto de reflexión desde muchas áreas, porque no es un problema simple, es un problema transdisciplinario, en el que deberían de participar muchas comunidades, no solamente la académica. Esa es la importancia del libro.

AIC: ¿Cómo están conformadas las investigaciones del libro, qué áreas de la ciencia se tocan?

LLR: Este no es un libro que haga un biólogo sobre biología del conocimiento tradicional, sino que todas son investigaciones transdisciplinarias; vas a encontrar representados físicos, biólogos, filósofos, sociólogos, educadores… hay de todo. Va justo en esa idea de ruptura, de que en la vida diaria no ves la disciplina, no tienes el mundo dividido en física, en química, sino que son otro tipo de divisiones, que vienen más en una división de los problemas que se están abordando, que son los conocimientos, la identidad y la cultura.

La otra parte es la innovación, la tradición y cómo los conocimientos tradicionales tienen que ver con cuestiones de apropiación; una tercera que es salud, en las diferentes vertientes que hay para este tema. Hay un poco de comunicación de la ciencia y el tema de divulgación, y la última es educación. Por eso no hay áreas, sino temas genéricos.

Son 14 artículos que tienen discusiones teórico metodológicas, porque también no es fácil entrar a la discusión de cómo analizar estos temas, y también tiene estudios de caso.

AIC: ¿En dónde convergen estos artículos, hacia donde va su mayor contribución?

LLR: En todos, la convergencia es la necesidad de otorgar el reconocimiento a los saberes tradicionales, lo que significa reconocer a las comunidades locales como productoras de conocimiento, así como la necesidad de incorporarlas a las discusiones para hacer esta sociedad democrática, donde haya diferentes epistemologías.

Tal vez desde el punto de vista filosófico, la mayor contribución es la necesidad de adherirse a una idea pluralista del conocimiento, y no solamente pensar que el único conocimiento es la ciencia, que en eso es la parte donde podría ir la idea de que en una sociedad como la mexicana, cuya característica es la diversidad cultural; se necesita una diversidad en aproximaciones, y eso nos ofrece la filosofía del doctor Olivé y de mucha gente en México, de que en este conocimiento científico de lo que se trata es de comenzar a dialogar.

El Seminario de Investigación sobre Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural fue creado el 23 de abril de 2009 por acuerdo del rector de la UNAM, Dr. José Narro Robles. Se trata de un espacio de reflexión interdisciplinaria donde se realizan investigaciones y actividades académicas que coadyuvan al establecimiento, evaluación y mejoramiento de políticas públicas en educación, cultura, ciencia, tecnología e innovación, con el objetivo de encauzar al país a su desarrollo hacia las sociedades del conocimiento.

Según se afirma en su página web, en una nación con la rica diversidad cultural como la de México, tan importante es impulsar el desarrollo científico-tecnológico, y la cultura científico-tecnológica, como fomentar el desarrollo, la conservación, el aprovechamiento y la protección de los conocimientos tradicionales de las diversas culturas. Para este grupo académico, todos estos conocimientos deben ser aprovechados socialmente para lograr innovaciones sociales y culturales que permitan la resolución de los problemas que enfrentan los distintos sectores y grupos de la sociedad.