Después de un análisis profundo, en el que participó un centenar de expertos de la academia, gobierno, empresas y sector social, la Agenda de Innovación de Jalisco identificó cuatro áreas clave que se sugiere priorizar: 1) sector agropecuario e industria alimentaria; 2) salud e industria farmacéutica; 3) TIC e industrias creativas, y 4) biotecnología.
El cuarto sector es transversal y está directamente vinculado con los anteriores. En el mismo evento, el Conacyt anunció la entrega de 148 millones 751 mil pesos de Fondos Mixtos (FOMIX) en conjunto con el gobierno del estado, donde los beneficiarios fueron el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), el Hospital Civil de Guadalajara, IDOM Ingeniería, el Centro de Investigación Avanzada de Tecnología en el Estado de Querétaro (CIATEQ), el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Los apoyos otorgados por el FOMIX contribuirán al fortalecimiento de infraestructura en laboratorios de inocuidad, centros de investigación para la realización de estudios preclínicos farmacéuticos, así como de investigación aplicada en manufactura avanzada, la conformación de un modelo de gobernanza energética para el estado, la creación de un modelo de intervención para la reconversión tecnológica en micros, pequeñas y medianas empresas, y el diseño de otro centro de investigación para la aplicación de metodologías de intervención social.
“Sabemos que cada una de las entidades del país es diferente, el reto consiste en encontrar, promover y fortalecer sus vocaciones científicas y tecnológicas, para que todas tengan las mismas oportunidades de desarrollo y eleven su productividad”, indicó el director general del Conacyt. Las Agenda de Innovación de Jalisco es parte de un proyecto nacional llamado Agendas Estatales de Innovación, que coordina el Conacyt y que busca ayudar a que las 32 entidades de la República Mexicana fortalezcan sus vocaciones productivas y se conviertan en generadoras de tecnologías y procesos productivos que les permitan competir globalmente, en los mercados más exigentes del mundo, además de atraer mayor inversión y talento.
Para la elaboración de cada agenda estatal se adoptó un método que incluyó un análisis de contexto estatal; la identificación de sus capacidades ya existentes en el campo de la innovación; la definición de un portafolio de proyectos prioritarios y la integración de mecanismos de seguimiento y evaluación.
“Se espera que las Agendas Estatales y Regionales se conviertan en un instrumento de política pública que permita coordinar la interacción de los estados con diferentes instancias de apoyo a la innovación y, en particular, con los programas del Conacyt para potenciar la inversión conjunta en sectores de alto impacto”, indicó Elías Micha, director adjunto de Desarrollo Regional, del Conacyt.