Según un informe independiente, realizado por la firma KPMG encargado por el propio Gobierno canadiense, el costo total de los F-35 durante los 42 años de vida útil del avión será de 45.800 millones de dólares, cinco veces más que lo revelado por Ottawa en un primer momento.
Tras la publicación del documento, los ministros de Defensa y Obras Públicas, Peter Mackay y Rona Ambrose, respectivamente, admitieron durante una rueda de prensa que el programa de adquisición de los aviones de combate será reiniciado y que Canadá considerará la compra de otros modelos además del F-35.
Algunas de las alternativas al F-35 son el Super Hornet, fabricado por la estadounidense Boeing, y el Typhoon del consorcio europeo Eurofighter.
El Gobierno canadiense decidió en 2010 adquirir 65 unidades del F-35, un avión de combate de quinta generación producido por la compañía estadounidense Lockheed Martin, y dijo entonces que su adquisición costaría 9.000 millones de dólares.
Pero los partidos de la oposición criticaron desde un comienzo la decisión del Gobierno del primer ministro canadiense, Stephen Harper, porque no sometió la compra a un concurso público y dudaron que el costo real fuese sólo 9.000 millones de dólares.
Durante meses, el Gobierno canadiense se negó a entregar los informes sobre costos del programa de adquisición lo que provocó que por primera vez en la historia del país el Gobierno de Harper fuese censurado por el Parlamento y la convocatoria anticipada de elecciones en 2011.