El dueño de Youngman, Pang Qingnian, confirmó al diario sueco en una entrevista que su compañía entregó una propuesta formal el pasado 14 de febrero a los administradores concursales de Saab Automobile.
La oferta podría rondar los 2,000 millones de coronas suecas (226 millones de euros), estima el diario, aunque Qingnian no quiso revelar la cifra concreta, si bien se mostró dispuesto a subirla "si las autoridades concursales muestran claras pruebas de que lo vale".
Qingnian anunció que podría invertir hasta 12,000 millones (1,356 millones de euros) para desarrollar nuevos modelos y anunció que de cerrarse un acuerdo, mantendrá la producción de vehículos en la fábrica de Trollhättan, al sur de Suecia.
Los administradores judiciales dijeron la semana pasada en rueda de prensa que mantienen conversaciones con seis o siete posibles compradores, interesados en toda la empresa o en alguna de sus partes, pero que no había ninguna oferta en firme sobre la mesa.
Tampoco quisieron revelar ningún nombre, aunque Youngman y la turca Brightwell Holdings han mostrado públicamente con anterioridad su interés, e incluso han enviado representantes a Suecia para negociar.
Entre otros posibles interesados se nombra también a la india Mahindra, la china BAIC, y las suecas Volvo Cars y Semcon.
El objetivo de las autoridades suecas es poder vender la empresa antes de finales de este mes y sin tener que dividirla.
La holandesa Swedish Automobile (SWAN), dueña del fabricante sueco, presentó en diciembre una solicitud de quiebra de su filial, aceptada luego por los tribunales, por no poder asegurar la viabilidad económica de la empresa, que atraviesa por graves problemas desde hace casi tres años.
La renuncia de SWAN después de dos años tratando de reflotar Saab Automobile se consumó después de que un acuerdo inicial de venta con Youngman y Pang Da fracasó por las trabas de General Motors.
La multinacional estadounidense, antigua propietaria de Saab, se negó a autorizar un acuerdo por las licencias tecnológicas de la firma sueca -que aún son de su propiedad- con los inversores chinos que estaban dispuestos a comprarla, ya que podría perjudicar sus propios intereses en el mercado de este país asiático.
Saab Automobile, cuya fábrica lleva parada desde hace casi un año, da trabajo a unas 10,000 personas, contando empleos indirectos.
Según la solicitud de quiebra presentada por SWAN, los bienes de Saab Automobile están valorados en unos 3,000 millones de coronas suecas, menos de la mitad de lo que la firma debe a sus proveedores.