El coche que aprende observará al conductor de forma tan atenta que conocerá sus preferencias, costumbres y rutinas. "Eso permite facilitar el manejo y automatizar muchas gestiones", dice un ingeniero. Ya nadie deberá activar la calefacción de los asientos ni encender la radio cuando hace frío fuera o cuando se quieren escuchar las noticias camino del trabajo.
De momento es sólo una visión y no hay fecha para su implementación concreta. "Pero trabajamos para lograr la realización lo más rápida posible", aseguran.