A unos treinta kilómetros al noreste de Nashville (Tennessee) los bloques de edificios dan paso a un escenario bucólico de grandes extensiones de pastos verdes con casas de madera. Es el fértil sur de EE.UU., una tierra que evoca la utopía conservadora de un mundo feliz donde el individuo es el centro y el presidente, incluso si es Donald Trump, una mera herramienta para lograr este ideal.
Los republicanos en el diván
