La revista francesa se apoya en la investigación de François Pomès, autor del documental "Marilyn, la dernière verité", y en el extracto del reportaje que se publicará completo este jueves señala que se ha recurrido a las últimas "proezas tecnológicas" en materia de secuenciación del ADN para confirmar las sospechas de la actriz.
El documental se difundirá en junio y Paris Match apunta que el equipo, francés, pagó miles de euros para comprar ocho pelos de la artista, de los que tres pudieron ser utilizados para descifrar ese misterio.
Respalda su tesis una entrevista con Francine Gifford Deir, que acaba de saber que es la sobrina de la artista.
"En los años 50, cuando ella ya era famosa, Marilyn fue a ver a mi abuelo a Hemet, pero él rechazó recibirla. Hubiera sido tan fácil decirle: "Cariño, lo siento, me encantaría decirte que soy tu padre, pero te equivocas...", apunta la mujer en ese extracto avanzado hoy.
La madre de la protagonista de "Los caballeros las prefieren rubias" (1953) trabajaba en el laboratorio de revelado de fotografías del que Gifford era el dueño y la artista sería fruto de un "affaire" entre ambos, pero la niña tomó el apellido de Edward Mortenson, con quien la madre estuvo brevemente casada.