A sus 22 años, Antonio Uvalle parecía tenerlo todo. Cursaba el tercer semestre de arquitectura, tenía familia, amigos y un futuro prometedor, hasta que un accidente de tránsito relacionado con el alcohol le cambió la vida.
"Una salida con mis amigos me dejó en silla de ruedas, me cambió la manera de vivir", detalla este martes a Efe el arquitecto.
El también activista detalló que en México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 9 de cada 10 accidentes son fruto de un error humano, donde el alcohol a menudo está presente.
De acuerdo con autoridades de salud, en México cada año mueren 24.000 personas debido a accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de alcohol.
"El punto es que 100 % de estos accidentes son prevenibles", apunta Uvalle.
Aún con una expresión de tristeza recuerda que ese día, 28 de octubre de 1984, salió con sus amigos a comer y ahí comenzaron a beber.
Después decidieron irse a una boda, y con el paso de las horas, pensaron que sería mejor ir a algún lugar a bailar y seguir tomando. Ya ahí, quisieron volver a la boda, aunque ambos estaban en un grado alto de ebriedad.
"Mi amigo me dijo que quería mostrarme cómo corría su auto nuevo, pero en Constituyentes (una avenida principal en la Ciudad de México), perdimos el control y chocamos con una peregrinación", rememora.
Tras perder el conocimiento, dijo, abrió los ojos y ya estaba rodeado por un grupo de personas que lo agredió: "Me golpearon, me quise incorporar pero no pude".
Los golpes le provocaron fracturas, lesiones en el rostro y ruptura de dos vértebras y, aunque fue trasladado a un hospital no pudo ser operado rápidamente debido a los altos niveles de alcohol que había en su sangre.
"Fueron 12 horas en las que mi médula espinal no tuvo la oportunidad de recuperarse", aseguró, y es por ello que desde entonces vive en silla de ruedas, con barreras para moverse, trasladarse y con limitaciones para jugar con su hijo de 11 años.
"A partir de ese día toda tu vida cambia, el simple hecho de levantarte todos los días con un cuerpo que no te responde; la vida de tu familia cambia", recuerda.
Antonio es vocero hoy, con 57 años, de la campaña "Hay recuerdos imborrables", presentada este martes por la Fundación de Investigaciones Sociales de México (Fisac).
"Necesitamos que la gente haga conciencia y que lo haga a través de un mensaje concreto y amigable", asegura Fabiola Torres Villanueva, directora de comunicación y estrategia de Fisac.
Explica que la campaña, que contará con promocionales de televisión, radio y espectaculares (vallas publicitarias), busca transmitir un mensaje que conecte con las creencias de los mexicanos, sus usos y costumbres,
"Pero también queremos que tenga un mensaje duro, irónico, y con un toque de humor que te diga que la vida te puede cambiar en solo un segundo", apunta.
Torres Villanueva considera que esta podrá ser una herramienta más que ayude a reforzar la disminución de accidentes de tránsito asociados al consumo de bebidas alcohólicas a nivel nacional.
"El Gobierno ha hecho campañas muy buenas que han logrado una disminución de incidencia del 15 % en 2000 a 5 % en 2017", asegura.
La campaña está pensada para dos años y tendrá diversas piezas que hacen alusión a celebraciones representativas para los mexicanos como los quince años o las bodas, en las que se identifica un mayor riesgo en la combinación de alcohol y volante.
"Reducir el uso nocivo del alcohol debe ser un esfuerzo multisectorial en el cual deben estar involucrados la industria, el gobierno y la sociedad pues necesitamos un cambio a nivel cultural", concluye Torres Villanueva.